miércoles, 30 de octubre de 2013

COMENTARIO DE LA INTENCIÓN MISIONERA DE NOVIEMBRE 2013


COMENTARIO PASTORAL: Cuenta San Pablo que mirando a Dios Padre en la eternidad, Dios Hijo oró así: -Porque no quieres sacrificios ni ofrendas, me diste un cuerpo humano. Porque no te agradan holocaustos ni víctimas expiatorias, te dije: Aquí voy, mi Dios, a realizar tu voluntad (ver Hb 10 6-7).

Por su parte, una leyenda narra que cuando volvió al cielo, los ángeles aplaudían a Jesús: ¡su amor al Padre -divino y también humano- había superado toda incoherencia, consiguiendo lo que nadie, desde el pecado de Adán! Uno le preguntó cómo había quedado la humanidad. Jesús contestó: - En la Tierra dejé un grupo de amigos que me ama mucho. -¿Sirve eso para algo?, quiso saber otro. –¡Es lo fundamental!, contestó Jesús, rotundo. La curiosidad angélica repreguntó  ¿Quedaron con algún trabajo? – ¡Con mucho trabajo!: Me vieron muerto y resucitado. Ahora, además de mi amor, conocen el del Padre. No podrán guardarlo. Desde Pentecostés corren contándoselo al mundo entero...

Lo cierto es que Jesús les había enseñado a discernir proyectos humanos: -Por sus frutos los conocerán, había dicho: El buen árbol da buenos frutos y el malo frutos malos. El árbol que no da buen fruto es cortado y arrojado como leña al fuego... Y respecto a la participación en su proyecto de vida nueva, había explicado: No entrará al Reino de los Cielos, quien me rece - ¡Señor esto, Señor aquello!, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial (ver Mt 7 15-21). Transcurrieron 1500 años. Generaciones de discípulos-misioneros anunciaron la Buena Noticia que confronta estilos de vida e inspira santidades. Entonces se descubrió «el nuevo mundo». Principalmente españoles y portugueses conquistaron, colonizaron y evangelizaron América, de México al sur.. A los quinientos años, en mayo de 2007, en presencia del Papa Benedicto XVI, la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, tuvo su 5ª asamblea. Fue en la ciudad de Aparecida (Brasil). Los obispos hicieron un balance de la vida de fe en el continente y
discernieron como voluntad de Dios para ellos y sus diócesis la realización de una gran Misión Continental. Escribieron: «Se abre paso un nuevo período de la historia con desafíos y exigencias, caracterizado por el desconcierto generalizado que se propaga por nuevas turbulencias sociales y políticas, por la difusión de una cultura lejana y hostil a la tradición cristiana, por la emergencia de variadas ofertas religiosas... La Iglesia está llamada a repensar y relanzar su misión en las nuevas circunstancias. No puede replegarse. Se trata de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio, desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que suscite discípulos y misioneros. ... Ello depende de hombre y mujeres nuevos que encarnen dicha tradición y novedad... No resistiría una fe católica reducida a bagaje, a elenco de normas y prohibiciones, a prácticas de devoción fragmentadas, a adhesiones parciales de las verdades la fe, a una participación ocasional en sacramentos, a la repetición de principios doctrinales, a moralismos que no convierten la vida.

Nuestra mayor amenaza «es el gris pragmatismo... en el cual aparentemente todo procede con normalidad pero en realidad la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad». A todos nos toca recomenzar desde Cristo, reconociendo que no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con una Persona que da un nuevo horizonte a la vida.... Nos encontramos ante el desfío de revitalizar nuestro modo de ser católico... para que la fe cristiana arraige más profundamente en el corazón de las personas y los pueblos... Esto requiere una evangelización mucho más misionera... (ver Ap 1-13).

En el siguiente COMLA (8º Congreso Misionero Latinoamericano) realizado en Quito (Ecuador) en 2008 (ver: www.celam.org/boletin/BoletinCELAM321.p  df) fue el lanzamiento oficial de la Misión Continental. Todos recibieron los signos de la misión (La Biblia, un tríptico catequético, una oración, un cancionero misionero, celebraciones litúrgicas con sentido de misión, posters, material divulgativo, un logo, etc.). Y reafirmaron lo planteado en Aparecida: «En el proceso de formación de discípulos misioneros, destacamos 5 aspectos fundamentales que se compenetran y alimentan entre sí: a) el encuentro con Jesucristo... b) la conversión... c) el discipulado... d) la comunidad... e) la misión... (ver Aparecida 278).

El propósito de Aparecida fue claro: la «firme decisión misionera debe impregnar todas las estructuras eclesiales y todos los planes pastorales de diócesis, parroquias, comunidades religiosas, movimientos y de cualquier institución de la Iglesia. Ninguna comunidad debe excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas, en los procesos constantes de renovación misionera, y de abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe». (Aparecida, 365).

La misión continental quiere ser permanente, pero el 9ª COMLA que se celebra entre los próximos 26 de noviembre y l de diciembre en Maracaibo (Venezuela) buscará recoger lo realizado y evaluarlo con los criterios del Evangelio. El Papa nos confía que nuestra oración ponga ante Dios el deseo de toda la Iglesia: que cada una y todas las diócesis de América Latina tengan generosidad y valentía para fructificar, enviando misioneros a otras Iglesias. Que así sea.

P. Juan Antonio Medina Ylla, sj
Secretario Nacional del Apostolado de la

Oración en Uruguay

(Fuente: padrejosemedina.blogspot)

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