lunes, 21 de diciembre de 2015

El Río (cuento)


Erase una vez un río. Discurría por la montaña y ya soñaba presuroso con el mar. Un buen día advirtió que había nubes sobre él. Eran hermosas y caprichosas. El río quería tener una sólo para él. Pero las nubes eran esquivas. De pronto sopló el viento con fuerza y barrió todas las nubes. El río enamorado pensó que ya no valía la pena vivir. Quería morirse. ¿Para qué seguir viviendo si ya no había nubes?
Esa noche, sin embargo, el río volvió sobre sí mismo. Jamás había mirado en su interior. Y escuchó su llanto. Y descubrió algo muy importante. Comprendió que las nubes no eran más que agua. Y que él mismo era agua.
Al día siguiente vio el cielo azul por primera vez en su vida. Jamás había reparado en él. Por la noche recibió en su corazón de río la imagen de la luna llena. No se podía imaginar tanta belleza. Más tarde
volvieron las nubes, pero ya no quiso poseer a ninguna. Comprendió que no debía correr tras ellas, que podía ser él mismo y disfrutar de su belleza. (Thich Nhat Hanh)


PARA REFLEXIONAR
- ¿Qué me revela esta narración sobre la manera de vivir las esperas y expectativas con respecto a los demás?

- ¿He vivido últimamente algún acontecimiento de decepción en mis esperas?
-¿Qué me pide Dios?

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