viernes, 9 de febrero de 2018

Palabras de despedida al querido Padre Eulogio Pacho, ocd en sus exequias


El Padre Eulogio Pacho, carmelita descalzo, ha sido un gran intelectual, estudioso de San Juan de la Cruz, ha hecho un inmenso aporte al Carmelo, y en relación a nosotras escribió nuestra "Historia de las Carmelitas Misioneras" (en 4 tomos), eso sin contar que es quien editó las "Obras de Francisco Palau y Quer"y los "Estudios Palautianos". Él ha sido un gran hermano, maestro espiritual para todas nosotras y siempre lo llevaremos en el corazón con inmensa gratitud.  A continuación les ofrecemos unas palabras que se dijeron de él por su partida.



Palabras del Padre  Gabriel Castro (Vicario Provincial de los Carmelitas Teresianos)

Nos hemos congregado todos los que nos sentimos obligados por deudas de gratitud y deudas de afecto con el padre Eulogio y con su flia  a reunirnos aquí esta mañana.
Cuando suceden estas muertes, así suele pasar, nos convocamos y nos congregamos, nos damos condolencias y recordamos algunas cosas de los que han muerto, pero nuestra convocación aquí, queridos hnos, ha sido sobre todo, a comer el “Pan de Vida”. Aprovechamos la muerte de un hno nuestro, de todos los hnos que mueren para juntarnos en un Banquete, Memorial del Señor, y donde Él alimenta nuestra esperanza, éste es el objeto de nuestra reunión sobre todo, un Banquete de Comunión, de Pan de Vida, … “el que coma de éste Pan vivará para siempre” éste Pan que sirvió el Padre Eulogio en la Eucaristía y que a nosotros nos congrega hoy al medio día y que repartiremos después, este es el objeto de nuestra celebración.
A propósito de ésta muerte sucede también … como la muerte es un paso, una apertura de una puerta y un
umbral… se da una especial conciencia de la comunión de los santos, la Iglesia de la tierra y la Iglesia del cielo separadas por ésta puerta, como se abre la puerta al entrar alguien en el cielo, como que nos sentimos más en comunión y así hacemos una celebración junto a los santos…Eulogio ha ido a reunirse con sus padres, con sus dos hermanos carmelitas, Alberto y Gerardo, con Aurelia y Elías, con todos los que le han precedido de ésta flia a la que el Carmelo tanto debe y tanto agradece hoy. Ha ido a reunirse y en ese acto de reunión con ellas nos deja a nosotros ver un poco del cielo, de la asamblea de los santos que le reciben, que salen a su encuentro: la Virgen del Carmen, San José,  todos los santos del Carmelo, San Juan de la Cruz, hoy especialmente. .. salen a recibirle y nosotros también entrevemos, por esa puerta que se le abre para él, entrevemos  que ellos también están con nosotros y que podemos entregárselo y encomendarlo, pues ellos intercederán por él, lo presentarán ante Dios Juez de vivos y muertos, que acogerá su vida ya terminada y ofrecida, ya sellada y culminada en la muerte después de tantos trabajos y de obras.
Esto hacemos, celebramos el Pan de Vida, la Comunión de los santos, y hacemos Memoria de Cristo nuestro Señor y de su poder sobre la muerte, de su amor más poderoso que la muerte y que cualquier otro poder que en el mundo vive o que en el mundo actúa, pero además  de celebrar el memoria de Cristo y de su victoria hacemos también  memoria en éste día  de la vida de Eulogio, la verdad es que todos sentimos grande gratitud por los dones que Dios puso en él, y porque nos los compartió, nos hizo parte de ellos a través de su persona, de sus enseñanzas. Y esto es casi lo más recordado y lo más fácil de decir de este hombre, ha tenido una vida tan rectilínea, tan de una sola dirección, de una sola ocupación, de una sola misión, de una sola encomienda que le dio la Orden, la verdad es que la naturaleza le dio dotes para hacer esta misión de estudiar, de investigar y de enseñar, y no ha tenido otro oficio, ni otro trabajo, ni otra distracción, no ha consentido otras tentaciones, ha dedicado por entero su vida a esto. Estaba como un poco predestinado, él ha escrito ahí una especie de memorial para los sobrinos, pero que nos han dejado leer, memorial de su existencia y de su vida, y digo que estaba predestinado porque en alguna manera cuando llegó desde el pueblo, después de un largo viaje en medio de la guerra de España desde su pueblo por Bilbao con el tren hasta Calahorra, llegó a Calahorra y le recibió allí la comunidad de los frailes que le enseñaron, enseguida le promovieron, no tuvo que hacer 4 años como todos, sino sólo 3 de humanidades porque desde el principio era un hombre con unas dotes para el estudio extraordinarias, digo de allí se fue al noviciado y le recibió la profesión monseñor Ángel María Pérez Cecilia, fundador de la Editorial Monte Carmelo, el que venía ya de regreso de misiones de la India, él recibo su profesión, también cuando llegó a Roma, después ya que le enviaron a estudiar, cuenta que el padre Silverio le encomendó algunos trabajitos y se los hizo a mano, y el padre Silverio vio que no tenía máquina de escribir y le regaló la primera máquina de escribir que le duró hasta que los ordenadores la sustituyeron… digo que éstos dos personajes que él menciona predestinaron un poco su vida a ser eso, continuador de las ediciones del padre Silverio cuidador de los escritos de san Juan de la Cruz, estudioso y promulgador de la obra de los santos padres.
Cuando el padre Eulogio empezó a estudiar, dice él, que recuerda que eran los años cuarenta, cincuenta del siglo XX y los estudios de San Juan de la Cruz estaban sobre todo el debate cultural, estaba sobre todo en francés, fuera de España, estaba fuera de la Iglesia Católica en las universidades, estaba fuera de la Orden, es decir que los carmelitas participaban poco… y él consideró que era una misión suya volver el debate sobre San Juan de la Cruz, y los estudios a la lengua castellana, a España, a la Iglesia Católica y a la Orden del Carmen. Y algo de esto creo que él ha conseguido o creo que consiguió, que se hablara y se estudiara a San Juan de la Cruz en español, interviniendo en el debate en la lengua española y otros estudios dentro de la Iglesia y dentro de la Orden.
Esta misión se dio, muchas otras cosas tuvo que hacer, se encargó también de la historia de la espiritualidad, de la historia Iglesia, de los documentos, de los diplomas, de la lectura de textos viejos para traducirlos, para enseñarlos. Se ocupó también de Historia Contemporánea, a propósito del padre Francisco Palau y de muchos otros episodios de la Historia de la Iglesia y de la Historia de la  Espiritualidad, pero como os decía, esto es lo que él recibió como misión, y a lo que se dedicó sin dejarse tentar por nada y sin detraerse por otras funciones u otras tareas que podrían ser con otra compensación, pues la vocación a la vida intelectual, a la vida de estudio es una vocación muy difícil, muy difícil de sostener y de alentar, lo saben los profesores y los que se dedican a ella, y poco reconocida, pero ahí en silencio, con muchas horas, y muchos momentos de oscuridad y callados, ha tenido él que desarrollar su vida, y devolverle a Dios los talentos con los que le mandó trabajar, ahí ha desempeñado él sus labores y sus trabajos… sus oficios y sus deberes.
Pero como os decía, nosotros a la hora de la muerte,… no hay títulos ni nada, iguala a ignorantes y sabios, no hay para ella respeto por ninguna dignidad, parece que tiene victoria, “¿dónde está muerte tu victoria?” decimos, ahí está, parece evidente la victoria de la muerte, que así despoja de títulos y de adherencias sociales y de otros títulos… pero no, nosotros no estamos aquí viendo la victoria de la muerte, como os decía estamos convocados a un Banquete del Pan de Vida donde se vive y se toma un germen de inmortalidad que para todos nosotros ya está prendido cuando participamos en la Eucaristía. Sobre esta victoria de la muerte, esta la victoria del amor de Dios manifestada en la muerte y la Pascua de Cristo que vive aquí en este cirio prendido,  y esto es lo que nosotros hacemos, invitados al Convite Pascual, nosotros recordamos la muerte de Cristo, anunciamos su resurrección y esperamos su regreso y su retorno, y esto hemos venido a hacer a tomar parte del Pan de la Vida, a tomar este alimento de inmortalidad, a curarnos de esta enfermedad mortal que es  vivir humanamente, a curarnos con el poder salvador de Cristo que es el verdadero Sabio, el verdadero Profesor, la verdadera Fuente de Luz y de verdad. Aquí queremos alentar nuestras esperanzas de caídas, y aquí queremos encomendarle la vida de estos hnos que mueren, que nos dejan una grande herencia y una grande obra y que sin embargo se presentan débiles y frágiles ante Dios sólo encomendados al poder intercesor de Cristo y  de Ntra Sra la Virgen del Carmen, así que hermanos aquí estamos diciéndole a la Iglesia del Cielo tomad a éste hijo, encomendadlo al poder de Dios que lo juzga y lo salva, y aquí estamos nosotros para beber de la eterna Fonte de la Vida, escondida a los ojos de los hombres, visible a los ojos de la fe, aunque es de noche nosotros la reconocemos en este Vivo Pan por darnos vida, está el Señor,  en éste Vivo Pan está la fuente de la verdad y de la Gracia, está la Fuente de la Vida eterna, en éste Vivo Pan que nos da vida nosotros reunidos comulgamos y comulgando con él alentamos nuestra esperanza y esperamos su regreso, de él participó Eulogio y a ésta fuente ha ido él a beber para ya verla en la Luz del Verbo de Dios donde son esclarecidas todas las verdades que aquí muy entre oscuramente vislumbramos.
Bendecimos y agradecemos a Dios por los dones que nos dio en este hno, le pedimos que confirme y de fecundidad a las cosas y a las palabras que  él sembró en este mundo. Que así le devuelva la vida y le premie por todos los trabajos que se ha tomado por servir al Reino y a la Iglesia.

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