JESÚS: EL PRIMER MISIONERO, ENVIADO DEL PADRE
Jesús es el modelo
supremo que los niños y adolescentes deben seguir. Ser cristianos significa
imitar a Cristo, pues su persona, su vida, y sus palabras, son para todos un
estímulo y un modelo.
Encarnamos su amor, su obediencia, su servicio, su vida de
oración, para revelar el amor del Padre a todos los hombres. Es "el
modelo" por excelencia para que los niños y adolescentes lleguen a ser
buenos misioneros.
MARÍA, REINA DE LAS MISIONES
María tiende un lugar preponderante en la Misión de la
Iglesia, ya que ella es nuestro primer ejemplo en la
evangelización, al ser
ella la primera evangelizadora del Nuevo Testamento, 31 años antes de que su
Hijo Jesús comenzara a anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios. En el
Evangelio de San Lucas se nos relata que María, una vez que ha concebido al
Salvador por obra y gracia del Espíritu Santo, realiza el primer acto
evangelizador: "Por aquellos días, María se fue deprisa a un pueblo de la
región montañosa de Judea, y entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura dio saltos en su vientre, y
ella quedó llena del Espíritu Santo" ( Lc 1: 39 a 41).
En esas líneas del Evangelio encontramos lo que es la esencia
de la evangelización. Evangelizar no consiste en transmitir doctrina ni
teología, sino en compartir a una persona cuyo nombre es Jesús.
Hace unos años alguien preguntó a la Madre Teresa de Calcuta
qué diría ella sobre la evangelización. La Madre Teresa se quedó meditando por
unos segundos, y luego contestó: "Para mí evangelizar es tener a Jesús y
compartir a Jesús con otra persona". Eso fue exactamente lo que hizo
María. Ella ya tenía a Jesús, lo tenía en sus mismas virginales entrañas. Y lo
llevó a su parienta Isabel, la cual fue "evangelizada" con el solo
oír la voz de la Madre del Redentor. Juan Bautista bailó en el Espíritu. Para
evangelizar hay que tener a Jesús, si no, lo que hagamos y digamos no tendrá
ningún poder, ya que quien evangeliza no es uno mismo, es obra de Dios mismo en
el poder del Espíritu Santo. María es el ejemplo perfecto de la evangelización,
tenía a Jesús y llevaba a Jesús, es más, lo sigue llevando.
Quizá el ejemplo más obvio de lo anterior lo
encontramos en la evangelización de nuestra América. Hace quinientos años
vinieron valientes misioneros a la recién descubierta América, difundiendo
incansablemente la Buena Nueva de Jesucristo. Las dificultades que tuvieron que
enfrentar eran casi insuperables, no había medios rápidos de comunicación, los
territorios que tenían que recorrer eran inmensos y había un sinnúmero de
lenguas, dialectos y culturas. Para ayudarlos a resolver sus problemas, Dios
mandó a María, Estrella de la Evangelización, y ese fue su "nuevo método"
de evangelizar las Américas.
El nuevo método que abrió las puertas a la evangelización de
todo un continente fue la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, milagrosamente
estampada en el tosco manto tejido del Beato Juan Diego, un humilde y
encantador azteca, quien dedicó el resto de su vida, 17 años desde la milagrosa
impresión, a explicar a su gente todo el sentido de la imagen.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
DEJANOS TU COMENTARIO