Buenos Aires, 24 May. 08 (AICA)
"Les sugiero que pidamos con énfasis la gracia de permanecer unidos como pueblo, sin disgregarnos, y unidos sin despreciarnos", dijo el al arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio, delante de la multitud que participó este sábado de la tradicional procesión del Corpus Christi alrededor de la Plaza de Mayo. "La memoria del amor de Jesús se hace comulgando con su carne y con su sangre. Esta es la memoria que une, el camino que aglutina a un pueblo que quiere permanecer sin disgregarse", subrayó. El purpurado porteño también instó a transformar la Ciudad en lugar "de projimidad, encuentro y solidaridad", y alentó a caminar sus calles "haciendo memoria de nuestros mayores, que las caminaron en la esperanza de que nosotros fuéramos mejores". También exhortó a caminar la ciudad mirando "hacia adelante, avizorando a nuestros hijos y nietos, deseando que las transiten en paz y justicia, en fraternidad y solidaridad". "Caminemos con sentido del tiempo cristiano, que es tiempo de amor, tiempo que vincula, tiempo que no levanta muros sino que tiende puentes entre las generaciones y entre los corazones, tiempo en el que se privilegia la unidad al conflicto", acotó el primado.Intenciones En las intenciones de la misa se rezó por una patria "más justas", por quienes sufren la pobreza, están solos o son víctimas de la violencia "propia y ajena". También para que "pensemos los unos en los otros sin lastimarnos" y por la Iglesia en China, en adhesión a la jornada de oración convocada por el papa Benedicto XVI. Al concluir la misa concelebrada, el cardenal Bergoglio renovó la consagración de la ciudad y de la arquidiócesis de Buenos Aires a Nuestra Señora de Luján, para luego encabezar la tradicional procesión con el Santísimo Sacramento alrededor de la Plaza de Mayo. La custodia que guarda la hostia fue llevada por un grupo de jóvenes, seguida por la los abanderados de los colegios católicos, los seminaristas porteños, los jóvenes y el resto de la feligresía presente. Entre ellos, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. La pública expresión de fe, que este año llevó por lema "Soy la vida", culminó con la multitud entonando el Himno Nacional Argentino y el cardenal Bergoglio impartiendo la bendición eucarística.
“No se dejen robar la libertad” Previo a la misa, el cardenal Bergoglio se dirigió a Plaza Miserere, en el barrio del Once, donde recibió a los jóvenes que dieron testimonio de su fe marchando desde cuatro puntos de la ciudad. Allí, el purpurado advirtió a los jóvenes sobre los "mercachifles" que pretenden "robarles la libertad", y los exhortó a "no tenerles miedo" a los "kiosqueros de la degradación" que proponen la droga y la prostitución como salida. "No le tengan miedo a los kiosqueros de la degradación, que viven de la trata de personas con la droga, la delincuencia, la violencia y la prostitución infantil. Esos que están acá en el mercado de todos los días", alertó. El cardenal Bergoglio tambie´n pidió un minuto de silencio para que "Jesús consuele" a los padres y familiares" de Cromañón, presentes en el lugar, cuyos hijos, dijo, "perdieron la vida por situaciones que todos rechazamos y lamentamos".
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