Queridos jóvenes:Dios nos invita a diario a gastar nuestra vida en generosa entrega a nuestros hermanos; estamos en sus manos amorosas, seguros de que cualquier combate, por duro que sea es victoria segura.
No temamos entregarnos del todo al Señor, abandonarnos en sus manos Providentes y dejarnos modelar a su gusto... estamos llamados a la santidad, cualquiera sea el estado de vida que nos toque.
No dejemos de vivir a pleno nuestra fe, seamos "CRISTIANOS", que la gente vea en nosotros el rostro de ese Cristo providente que alimenta al pueblo pero con nuestra ayuda.
Vida interior es lo que se necesita para "transparentar a Jesús en nuestras vidas". ¿Cómo lograrlo? por medio de una vida de oración diaria. Dedicando cada día un tiempo prudente al encuentro con el Señor, a nuestro "trato de amistad" con Él que sabemos nos ama.
Ser santos ha sido el ideal de nuestros hermanos carmelitas que ya nos han precedido en el cielo: Teresita de Lisieux, Teresa de Avila, Juan de la Cruz, Francisco Palau y muchos más...
SER SANTOS, ese es el objeto de tener una vida interior, pues en el silencio del alma se revela Jesús para enviarnos, lanzarnos a la misión, al encuentro con el hermano necesitado: "nuestro más próximo". ¡Así se hace camino de santidad!
Que Dios los bendiga.
Carmelitas Misioneras
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