ENTREVISTA A SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS

Teresa misionera en el corazón de la Iglesia

En 1927, es decir, dos años después

de la canonización de Teresa,

fue proclamada por el Papa Pío XI:

“Patrona universal de las Misiones”

al igual que San Francisco Javier.

¿Cómo nació en vos este impulso misionero, cuando nunca saliste del convento?
Mi vida en el Carmelo fue toda una aventura de amor por Jesús. En el corazón de Jesús encontré dos grandes pasiones: su Padre y todos los hombres, sobre todo los pobres, los pequeños, los pecadores. En el encuentro con Jesús en la oración, y especialmente al final de mi vida, después de haber vivido la dura prueba de la noche de la fe, me convencí de que me faltaba orar por los que habían perdido la fe o que la combatían. Yo quería anunciar el Evangelio en los cinco continentes. Quería ser sacerdote, diácono, apóstol, doctor de la Iglesia, mártir… En mis oraciones decía a Jesús: “Oh mi Jesús, ¿qué irás a responder a todas mis locuras? Existe una almita más pequeña y más importante que la mía?”

Y ¿qué respuesta obtuviste?
En la Palabra de Dios, por medio del apóstol Pablo, Jesús me decía: “Todos no pueden ser apóstoles, profetas, doctores… El ojo no puede ser la mano…” La caridad es un camino excelente que con seguridad nos lleva a Dios. Así fue que todo se me aclaró y encontré la calma.

¿Qué querés decir?
“La caridad me da la clave de mi vocación. Entiendo que si la Iglesia tiene un cuerpo, compuesto de diferentes miembros, el más importante, el más noble no le puede faltar; de ahí, que la Iglesia tenga un Corazón y que ese Corazón esté ardiendo de amor. Si el amor se extinguiera los apóstoles no anunciarían el Evangelio, los mártires no derramarían su sangre…Yo comprendo que el Amor encierra todas las vocaciones, que el Amor es todo, que él abarca todos los tiempos y todos los lugares… en una palabra que el Amor es eterno.

Pero entonces ¿cuál es tu vocación?
¡Mi vocación es el Amor! En el Corazón de la Iglesia yo seré el amor… así lo seré todo… así mi sueño se hará realidad!
Pero no quisiera seguir hablando de mí, sino más bien deseo hacer de esta entrevista un trabajo que anime y ayude a muchos a interrogarse por su “ser misionero”. Quisiera ir cerrando esta charla con estas preguntas para vos y todos los que accedan a este sitio, ¿te parece? Aquí van:

¿Encontraste tu lugar en la Iglesia? ¿Cómo es tu amor para tu Iglesia local? ¿Participás de su vida con los otros? ¿Sos misionero/a dentro de tu Iglesia? ¿Orás por tu Obispo, por sus sacerdotes, por sus catequistas, por todos los misioneros que están en otros países y quieren amar y enseñar a amar a Jesús? ¿Todos los días te proponés a amar a todos los hermanos de tu parroquia?

Ojalá de esta charlita hayamos aprendido bastante vos y yo!