Gn 22,1-2.9-13.15-18: El
sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe
Salmo 115: Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida
Rom 8,31b-34: Dios no perdonó a su propio Hijo
Mc 9,2-10: Éste es mi Hijo amado
Salmo 115: Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida
Rom 8,31b-34: Dios no perdonó a su propio Hijo
Mc 9,2-10: Éste es mi Hijo amado
Después del anuncio de la pasión y del llamado al
seguimiento Marcos introduce el relato de la transfiguración (Mc 9, 2-8). Una
Pascua “anticipada” junto a una crucifixión igualmente “anticipada”. Después
viene la discusión sobre la resurrección y el retorno de Elías (Mc 9,9-13) y la
historia de la sanación del niño mudo (Mc 9,14-29). Los tres relatos tejen un
tríptico eclesial que vincula la experiencia de oración, la fe sanadora y el
anuncio de la pasión y la resurrección. Así la experiencia pascual
(transfiguración) está unida a la acción liberadora.
Veamos en primer lugar la fuerza simbólica del relato y
después “ataremos cabos” para resaltar el mensaje para nuestro HOY:
“Seis días” que evocan los “seis días” de la creación o
los “seis años” de trabajo antes del “año sabático”. Es pues, tiempo
productivo, de siembra, de actividad, de preparación. En este ambiente sucede
la transfiguración. Pudiéramos decir que la transfiguración pertenece
a “otro tiempo” que irrumpe en el “tiempo ordinario” con el fin de producir un
contraste, un desequilibrio, un llamado de atención, una corrección.
“Tres discípulos”, Pedro, Santiago y Juan en
representación de la comunidad discipular conducida por Jesús. La humanidad
masculina en camino al encuentro transformador con la divinidad. Quizá por ello
más necesitada de la corrección que va a desarrollarse en lo alto del monte.
“Vestidos resplandecientes” para resaltar la
transformación, en donde el resplandor y la blancura expresan la profundidad y
la integridad del cambio operado. Las primeras comunidades cristianas usaron
vestidos blancos recién lavados para simbolizar la nueva vida que se proponían vivir.
Los vestidos exteriores son expresión de los profundos cambios en el interior
de las personas.
“Tres seres resplandecientes”: Jesús, Moisés y Elías en
representación de la “comunidad celestial” en comunión. También masculina.
Quizá por ello, el encuentro de las dos comunidades solo suman “seis”.
La plenitud del “siete” tendrá lugar mediante la inclusión de la comunidad
femenina.
“Tres tiendas”, simbolismo del éxodo y del Dios del
éxodo, experiencia tribal originaria y fundacional de Israel. El tiempo de
las tiendas es también tiempo de alianza tribal, de solidaridad, de igualdad.
En la fiesta de las tiendas sukkot, cada familia hacía una choza y
habitaba en ella recordando la salida de Egipto.
Tenemos un énfasis en el simbolismo trinitario: 3 seres
celestiales (Jesús, Moisés, Elías), 3 discípulos (Pedro, Juan, Santiago), 3
chozas (éxodo); tres veces tres junto con la gloria de Dios. Tres significa
comunidad, perfección, plenitud. Es la propuesta comunitaria de Dios para la
humanidad a partir del mismo ser trinitario de Dios. Es el proyecto a construir
una vez que se regrese a la llanura.
“Nube” para los pueblos del desierto significa sombra,
lluvia, vida, alegría, bendición. Por todo esto, siempre está relacionada con
Dios. Es un signo visible de la presencia y la compañía gratificante de Dios.
Así lo fue durante la travesía del pueblo por el desierto, Dios caminaba
delante de él señalando el camino. La voz y la nube van junto al pueblo, cuando
este decide construir el proyecto de Dios.
“Subir el monte alto” evocando Horeb-Sión, lugar donde
Moisés y Elías se vieron “cara-a-cara” con Dios. Epifanía que revela el
proyecto de Dios y que da fuerza y sabiduría para llevarlo a cabo. Ascenso humanizador,
en cuanto capacidad y decisión para realizar lo revelado por Dios.
“Descender del monte” a la llanura para el encuentro y la
transformación humana y social. En el descenso, quienes experimentaron la
resurrección, discuten sobre la “resurrección de los muertos”. El monte está
relacionado con la resurrección y la llanura con la muerte. Evocación de los
orígenes de Israel en las montañas tribales en contraste con las llanuras
tributarias e idolátricas. Producir tal contraste es la tarea permanente de
quienes “descienden del monte”. De ahí el imperativo a descender.
En el camino a Jerusalén era necesaria la
transfiguración. Galilea había mostrado el “éxito” del reino de Dios. La
comunidad discipular identificó allí la realización de los tiempos mesiánicos
relacionados con los milagros de Jesús y con las multitudes necesitadas. La
expectativa judía de un Mesías liberador de la opresión romana estaba siendo
respondida. La comunidad discipular aún no salía de estos moldes mesiánicos.
Cuando Jesús anuncia su pasión y crucifixión, hay alarma y desconcierto. No se
entiende un mesianismo que pase por la cruz. Para “corregir” esta situación
vivida por la comunidad post-pascual de Marcos, el relato introduce la
transfiguración.
No sabemos cuál sea el contenido materialmente histórico
de este relato teológico, ni es importante conocerlo; este relato, como todo el
evangelio, no está escrito tanto “para que sepamos” un dato material de la vida
de Jesús, sino “para que creamos”, para alimentar nuestra fe subrayando un
aspecto de una verdad salvífica (no una verdad física).
Lo que en el sentido profundo se trasmite en el texto es
una vivencia fundamental para toda persona humana, que lo fue sin duda también
para Jesús: la necesidad de transcender la superficie de las cosas para captar
su sentido profundo. En un momento privilegiado de gracia, los discípulos
pudieron acceder a una visión más honda de lo que significaba aquél Jesús
humilde que les acompañaba “como uno de tantos”. Y eso les dio ánimos y les
fortaleció para continuar la “subida a Jerusalén”.
La fe es la que opera esa “transfiguración”; por ella la
vida real, tantas veces chata y sin relieve, rutinaria o hasta decepcionante,
se “trasfigura”, mostrándonos sus riquezas de sentido, su trasfondo de
dimensiones transcendentes, hasta hacernos experimentar incluso que “todo es
gracia”. Ante esa visión transfigurada de la realidad, uno se extasía, siente
el deseo de detener el tiempo para contemplar y saborear... Pero esos momentos
privilegiados, transfigurados, son excepciones; a lo largo del camino hacia
Jerusalén hay pocos montes Tabor.
La fe es la que debe suplir y hacer posible en el fondo
del corazón la fuerza para subir al monte Tabor, incluso cuando podamos estar
cerca del otro monte, el Calvario… La fe nos puede dar “una visión
contemplativa de la realidad”, una visión mayor, penetrante, transfiguradora,
anticipadamente escatológica incluso.
Para la revisión de vida
¿Hasta qué punto me fío yo de la Palabra de Dios, como Abraham?, ¿cómo reacciono cuando esa Palabra me trae complicaciones y comporta dificultades a mi vida?
Abraham no se reservó para sí ni a su propio hijo, y eso que era el medio necesario para el cumplimiento de la promesa que Dios le había hecho de tener una numerosa descendencia... ¿También yo soy capaz de ofrecerle y entregarle todo? ¿O hay zonas o realidades de mi vida que yo no estaría dispuesto a entregar a Dios si me lo pidiera?
¿Necesito yo un alto en el camino -como el que proporcionó Jesús a sus tres discípulos en el monte Tabor- para verle transfigurado y transfigurar así también mi vida? ¿Me ayuda la fe a ver las dimensiones profundas de la realidad? ¿Me ayuda a transfigurarla?
¿Hasta qué punto me fío yo de la Palabra de Dios, como Abraham?, ¿cómo reacciono cuando esa Palabra me trae complicaciones y comporta dificultades a mi vida?
Abraham no se reservó para sí ni a su propio hijo, y eso que era el medio necesario para el cumplimiento de la promesa que Dios le había hecho de tener una numerosa descendencia... ¿También yo soy capaz de ofrecerle y entregarle todo? ¿O hay zonas o realidades de mi vida que yo no estaría dispuesto a entregar a Dios si me lo pidiera?
¿Necesito yo un alto en el camino -como el que proporcionó Jesús a sus tres discípulos en el monte Tabor- para verle transfigurado y transfigurar así también mi vida? ¿Me ayuda la fe a ver las dimensiones profundas de la realidad? ¿Me ayuda a transfigurarla?
(Fuente: lecturadeldia.com)
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