La crisis político-social de Nicaragua ya ha cobrado la vida de 212
personas.
Se dice que el país ha despertado
para salir a reclamar sus derechos por las reformas a la seguridad social de
los grupos más vulnerables, jubilados y clase trabajadora. Desde que ésta lucha
del pueblo se inició han pasado varias semanas y ahora se exigen cambios más profundos
para la nación.
El presidente Daniel Ortega y su
esposa Rosario Murillo son los únicos responsables de la deplorable situación
en la que viven los nicaragüenses. Se los acusa de autoritarismo, despotismo,
uso de valores religiosos y de liberación para manipular al pueblo.
Como resultado de ésta crisis
han surgido grupos que buscan, por medio de las armas, hacer justicia. La
Iglesia está siendo contenedora de una población cansada del maltrato,
desinterés y corrupción de sus gobernantes.
El obispo Silvio Báez, ocd ha
manifestado públicamente su defensa de los derechos del pueblo a reclamar
pacíficamente, ha pedido diálogo y liberación de los jóvenes apresados por
orden del gobierno. Esto decía el obispo del jueves 21: “En Nicaragua hay
motivos para llorar. Hemos visto muertos y heridos en las calles, hemos visto
familias y niños de pecho calcinados por el fuego, hemos visto un pueblo
desarmado atacado por hordas militares, crueles con armas de guerra. Nicaragua
llora en este momento”.
El 7 de junio la Iglesia pedía
al presidente el adelanto de las elecciones generales para Marzo de 2019, pero
hasta el momento no han tenido respuesta por parte del gobierno, lo cierto es
que muchos nicaragüenses no están dispuestos a esperar hasta marzo, desean que
Ortega abandone el poder lo antes posible.
Nos unimos a nuestros hermanos
de Nicaragua para pedir por la paz de la nación y una pronta solución a su
crisis.
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