En un día como hoy la Santa terminaba de escribir
su obra maestra espiritual, en la ciudad de Avila.
¿Quién o quiénes le ordenaron que escribiese el Castillo interior o Las Moradas? Parece ser el mismo Dios, Jesucristo. A éste propósito declara Ana de Jesús (Lobera): "Me escribió muchas veces (desde Toledo) las grandes mercedes que Dios allí la hacía, y que la había mandado su Divina Majestad nos escribiese para nosotras el libro de Las Moradas, y que andaba con tanta oración y noticia de lo que el Señor quería en él escribiese, que hasta el nombre que había de poner en el libro le había dicho en particular".
Fue el padre Gracián quien le recomendó a nuestra santa que escribiese el libro y así lo testimonia él mismo: " Persuadíale yo con mucha importunación que escribiese el libro (...) que se llama de Las Moradas. Ella me respondía: ¿para qué quieren que escriba? Escriban los letrados que han estudiado, que yo soy una tonta y no sabré lo que me digo; pondré un vocablo por otro, con que haré daño; hartos libros hay escritos de cosas de oración: Por amor de Dios, que me dejen hilar mi rueca y seguir mi coro y oficios de religión, como las demás hermanas, que no soy para escribir ni tengo salud ni cabeza para ello".
Jamás pensó la Santa el gran bien que haría por medio de este y otros de sus libros; el libro de Las Moradas se ha convertido en uno de los tesoros espirituales de la Iglesia y a él acude toda persona que ansía ahondar en vida espiritual e interior.
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