Camagüey (Cuba), 1 Dic. 08 (AICA)
Una multitud de fieles, entre ellos el presidente de Cuba, Raúl Castro, asistió este sábado a la beatificación del fraile José Olallo Valdés(1820-1889), de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que se constituyó en la primera ceremonia de este tipo que se realiza en la isla.
La celebración eucarística en la Plaza de la Caridad de la ciudad de Camagüey, que tuvo amplia cobertura por los medios de comunicación comunistas cubanos, fue presidida por el cardenal José Saraiva, enviado del papa Benedicto XVI y prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y concelebrada por el cardenal cubano Jaime Ortega y demás obispos locales.
"Su beatificación es un hito para la Iglesia en Cuba y para todo el pueblo", afirmó el cardenal Saraiva, que calificó al beato Olallo de "campeón" y "apóstol" de la caridad cristiana.
"Frente a una cultura materialista que se va imponiendo y que deja de lado a los débiles y desamparados, aprendamos del padre Olalla la virtud de confiar en Dios, de saber amar al prójimo de forma universal", dijo el purpurado.
También asistieron a la beatificación el vicepresidente de la Comisión Pontificia de América Latina, monseñor Octavio Ruiz, arzobispo de Villavicencio, Colombia; así como el obispo de Miami, monseñor Felipe Estévez, y los también obispos Roberto González, de San Juan, y Rubén González, de Caguas, ambos de Puerto Rico, además de representantes de la Orden de Malta.
Una biblia de obsequio
Antes de comenzar el acto, el arzobispo de Camagüey y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos, monseñor Juan García Rodríguez, y el diácono Miguel Angel Ortiz, entregaron una biblia de obsequio al hermano de Fidel Castro, hoy al frente del gobierno, que estuvo acompañado por el vicepresidente, Esteban Lago, y la jefa de asuntos religiosos del Partido Comunista, Caridad Diego.
Olallo, segundo cubano en ser beatificado -el primero fue hace un año en España-, era miembro de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios y, aunque no era sacerdote, el pueblo lo denominó "padre".
Olallo dedicó su vida a la atención de enfermos y heridos de la primera guerra de independencia (1868-1878) contra la corona española, a la que desafió al no acatar las leyes de exclusión de las órdenes religiosas de Cuba, donde quedó como único hospitalario.
La beatificación que fue transmitida en diferido por la televisión estatal, fue anunciada el viernes por el diario oficial Granma, que desplegó en casi toda una página la biografía y datos del hermano Olallo.
El milagro
El milagro lo llevó a la beatificación fue la curación milagrosa en 1999 de la niña camagüeyana Danielita Cabrera Ramos, quien tenía entonces tres años y padecía una enfermedad incurable, de la que sanó sin que los médicos encontraran una explicación tras rezar su familia al fraile Olallo Valdés.
“Me siento feliz y contenta porque el padre Olallo me escogió a mí para hacer el milagro y porque él sea beatificado", declaró la adolescente de 12 años, que asistió a la misa junto con sus padres, Rafael Cabrera y Yamila Ramos, y otros familiares.
Cabrera Ramos consideró que "lo que me ocurrió ha sido lo más bonito para mí y mi familia. Los médicos decían a mi mamá que yo no tenía pronóstico de vida, que no iba a sobrevivir, porque padecía de un cáncer muy agresivo".
En tanto, la madre relató que hace casi diez años la niña, a la que los médicos habían diagnosticado un linfoma incurable, "tuvo cinco días en paro renal", pero que luego "le practicaron otro ultrasonido y no presentaba nada", y que todo le "parecía mentira". "Fue tanta la alegría que gritaba y no sabía qué hacer. Esto para mí fue una prueba muy grande, porque me ha tocado la fibra más sensible y le doy gracias a Dios y a Olallo por interceder y hoy tener a mi niña sana", agregó
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