Pensemos un poco, antes de celebrar la "Solemnidad de Todos los Santos"
Podemos caer en el error de pensar que “es santo sólo aquél al que se le ve la aureola cuando pasa, habla o actúa”, ¡NO! Santos somos todos “en potencia”. San Pablo nos dice “Miren qué amor más grande nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos suyos, ¡pues lo somos!”. Esto es muy importante, no lo olvides: Dios te ha pensado desde siempre, pero a su lado, y es santo aquél que al final del camino se descubre apoyado sobre el pecho del Señor en un descanso eterno, como Juan en la última cena.
Tu destino es LA SANTIDAD, por eso no pierdas el tiempo, con sólo un poco de amor podés tocar el cielo, llegar a la plenitud… Dios no te pide más que ¡AMAR! Sólo el que sabe amar sin egoísmos, es SANTO.
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