Hoy miércoles 2 de febrero celebramos la Presentación del Señor. Conmueve este relato que la Iglesia nos presenta para reflexionar, porque descubrimos en este encuentro a Simeón, un hombre piadoso que se dejaba conducir por el Espíritu Santo. Cuánto debemos desear nosotros también dejarnos conducir por el Espíritu Santo. Por su docilidad, Simeón, por ese estar lleno del Espíritu, pudo ver en la fragilidad de este niño, en una familia común como tantas otras que se acercaban a presentar a su niño, la salvación la luz y la gloria. Porque caminaba en la luz pudo ser dócil al espíritu santo y pudo descubrir la presencia de Jesús. En este día donde la luz cobra un papel importante debemos dejarnos iluminar por el Señor, tenemos que mostrarle toda nuestra vida a Jesús para que Él la ilumine. Estas velas que tenemos encendidas en nuestra comunidad y en nuestra casa, siempre nos habla de esta luz que ilumina nuestra vida. Que podamos presentarle nuestra vida para dejarnos iluminar, pues toda realidad toda situación esta iluminada por Jesús... Ser cristiano como María es confiar, es amar, es estar de pie, decir amén y dejarse conducir por el Espíritu" (Monseñor Santiago Olivera Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje)
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