Señor, dígnate mostrarme el camino que debo elegir para servir a mis hermanos y glorificarte. Haz mi corazón eternamente disponible a tu llamado, y mi voluntad siempre pronta a dar lugar a tu voluntad. Si me quieres totalmente dedicado a tu servicio, en la vida sacerdotal, religiosa o misionera, haz Señor que yo sea verdaderamente otro Cristo en medio de los demás. Quiero responder generosamente a tu llamado; cualquiera que él fuere, quiero hacer tu voluntad. Ayúdame Señor, a conservar el ideal de mi juventud. María, Madre de Jesús y Madre mía, enséñame a descubrir la voluntad de Dios y dame fuerzas para seguirla. Amén.
hermoso! Esta oración debería ser repartida a todos los jóvenes que terminan el secundario porque entre tantas opciones efímeras y engañosas se olvidan de que en el fondo de su alma Dios sembró una misión sólo realizable por ellos mismos irreemplazablemente.
ResponderBorrarAbrazos