Hoy en día solemos escuchar como penamiento generalizado que consumimos sólo aquello que nos gusta, esto en relación a comidas, películas, libros, diarios, sitios de internet, fe...
¿Pero es justo comparar los pasatiempos con aquello que realmente nos hace bien, aunque no nos guste? El adulto tiene capacidad de consumir aquello que no le gusta sólo porque sabe que es necesario para su salud.
A veces escuchamos en algunas personas frases como: "No, yo a misa, nunca, salvo cuando tengo ganas... creo que a Dios le gusta más así", o también "oro cuando lo necesito, sino, Dios no quiere una oración forzada"
¡Qué poco sabemos de vida espiritual! ¡Qué poco buscamos crecer a niveles de interioridad!
Y vos ¿Qué pensás?...
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