Deseamos hacer vida lo que el Espíritu Santo nos revela como necesidad y urgencia para alentar el andar de nuestros pueblos de América Latina y El Caribe: “es necesario proponer a los fieles la Palabra de Dios como don del Padre para el encuentro con Jesucristo vivo, camino de “auténtica conversión y renovada comunión y solidaridad”(cf. DA 248)
Portadoras de esta Palabra de Vida, sin mérito alguno, disponemos el corazón y todo lo que somos para que el Maestro, haga uso de nuestra frágil arcilla y se acerque a nuestros hermanos hambrientos de Dios.
Al organizar los Talleres Bíblicos anhelamos suscitar, en ellos, la necesidad y dependencia de la lectura diaria y orante de la Palabra de Dios que dice de sí misma que “es más dulce que la miel”.
Acerquémonos al documento de Aparecida que en los art. 247 y 248 nos dice:
247 “Encontramos a Jesús en la Sagrada Escritura , leída en la Iglesia. La Sagrada Escritura, “Palabra de Dios escrita por inspiración del Espíritu Santo”(DV9), es, con la Tradición , fuente de vida para la Iglesia y alma de su acción evangelizadora. Desconocer la escritura es desconocer a Jesucristo y renunciar a anunciarlo. De aquí la invitación de Benedicto XVI: “Al iniciar la nueva etapa que la Iglesia misionera de América Latina y El Caribe se dispone a emprender, a partir de esta V Conferencia General en Aparecida, es condición indispensable el conocimiento profundo y vivencial de la Palabra de Dios. Por esto, hay que educar al pueblo en la lectura y la meditación de la Palabra en la lectura y en la meditación de la Palabra : que ella se convierta en su alimento para que, por propia experiencia, vea que las palabras de Jesús son espíritu y vida ( cf. Jn 6,63) De lo contrario, ¿cómo van a anunciar un mensaje cuyo contenido y espíritu no conocen a fondo? Hemos de fundamentar nuestro compromiso misionero y toda nuestra vida en la roca de la Palabra de Dios”.
248 Se hace, pues necesario proponer a los fieles la Palabra de Dios como don del Padre para el encuentro con Jesucristo vivo, camino de “auténtica conversión y renovada comunión y solidaridad”(E Am 12) Esta propuesta será mediación de encuentro con el Señor si se presenta la palabra revelada, contenida en la Escritura , como fuente de evangelización. Los discípulos de Jesús anhelan nutrirse con el Pan de la Palabra : quieren acceder a la interpretación adecuada de los textos bíblicos, a emplearlos como mediación de diálogo con Jesucristo, y a que sean alma de la propia evangelización y del anuncio de Jesús a todos. Por esto, la importancia de una “pastoral bíblica”, entendida como animación bíblica de la pastoral, que sea escuela de interpretación o conocimiento de la Palabra , de comunión con Jesús u oración con la Palabra. Esto exige, por parte de los obispos, presbíteros, diáconos y ministros laicos de la Palabra , un acercamiento a la Sagrada Escritura que no sea sólo intelectual e instrumental, sino con un corazón “hambriento de oír la Palabra del Señor” (Am 8,11)
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