Un gran Centro Educativo se ha inaugurado por estos días en Brasil, con el
nombre de una carmelita misionera: hermana Ofelia Echeverry.
Muchas la recordamos como aquella misionera de cuerpo entero, que donó su
vida en favor de los más necesitados y vulnerables de nuestro mundo
Ofelia, Carmelita Misionera, inició su vida consagrada en la Provincia de Medellín, y
siguiendo el llamado
del Señor a ampliar las fronteras, recorrió algunos
lugares de África abriendo camino al Carmelo Misionero. Luego hizo caminos
nuevos para la congregación en Brasil y de allí, fue enviada a Centro América
donde, al poco tiempo, Dios la llamó definitivamente a su Reino.
En Brasil vivió de manera especial su misión en la lucha por la defensa de
los derechos humanos y la dignidad de las personas, impulsando y defendiendo a
la mujer, el derecho al trabajo y la promoción humana y cristiana de las gentes
con las que trabajaba.
Su vida sencilla y trasparente, su compromiso de oración, misión y
comunión, fueron un testimonio de entrega y amor a la humanidad, con lo que se
ganó el cariño y la colaboración de muchas personas en su misión
evangelizadora.
Su recuerdo perdura en esas tierras brasileñas que aún siguen evocando su
trabajo, su entrega, su pasión por los pobres, su esfuerzo por levantarlos y
sacarlos de sus realidades angustiantes, para lanzarlos a la lucha por el
progreso y la dignidad. Esto queda demostrado en la solicitud de muchos líderes
comunitarios que pidieron al municipio poner a Ofelia como protectora y patrona
del nuevo Centro Educativo.
Sí, la Escuela
Hermana Ofelia Echeverry, perpetuará el recuerdo y el nombre
de Ofelia en este país en donde ella dejó parte de su vida, de su pasión por el
Reino, de su entrega a Cristo y a los hermanos.
(Fuente: Comunicación Fraterna, N° 37, Marzo 2012)
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