“En Damasco estamos viviendo un apocalipsis,
pero esperamos con todo nuestro corazón, nuestras fuerzas y nuestra mente, que
llegue pronto la resurrección”: lo afirma en un mensaje Mons. Samir Nassar, Arzobispo Maronita de
Damasco. En este dramático testimonio enviado a Fides, el Arzobispo nos cuenta
que “desde el miércoles se suceden los combates en Damasco utilizando armas
pesadas, tanques y helicópteros, en una ciudad que está llena de civiles.
La
destrucción es enorme. ¡Qué calvario! Los combates suceden por las calles y
pasan de un barrio a otro.
No consigo dormir por el miedo y por el ruido de las
bombas y los disparos. La temperatura está por encima de los 40° y
constantemente hay interrupciones de la corriente eléctrica. Faltan las
provisiones en muchos sectores y se comienza a sentir la penuria de la gente.
No nos queda casi pan, verduras, gas para cocinar o combustible para los
hornos. La población está aterrada y no sabe donde refugiarse. Las carreteras
hacia Jordania, Irak, hacia Aleppo y la zona del norte de Homs están cerradas.
Se ve una larga hilera de personas que huyen por la carretera hacia el Líbano.
Un éxodo que se produce en medio del pánico general”. Dirigiéndose a los
desplazados de Damasco, el Arzobispo dice: “Espero que encontréis una casa,
recordando que en el pasado, los sirios han acogido a los refugiados
palestinos, libaneses e iraquíes”
Mons. Nassar continua: “ los
pocos fieles que han tenido el valor de venir a la Misa han encendido muchas
velas en la tumba de los beatos mártires de Damasco. Se han intercambiado
saludos y lágrimas, en el temor de verse por última vez, antes de regresar a
casa entre disparos y explosiones”. Damasco, se había librado de la violencia
que ha devastado las otras ciudades de Siria: “Ahora es nuestro turno de sufrir
y morir. Acabamos de construir un refugio debajo de las escaleras, para escapar
de las bombas y hemos limpiado los sótanos de la parroquia. Es un apocalipsis:
esperamos que la resurrección no tarde en llegar, después de tanto
sufrimiento”. (PA)
(Fuente: fides.org)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
DEJANOS TU COMENTARIO