Les ofrecemos aquí este comunicado que compartieron con nosotras nuestras hermanas carmelitas misioneras de la Viceprovincia "Nuestra Señora de Guadalupe" de Centroamérica y el Caribe.
Presidente de CORPUR
ante la elección del Papa Francisco
(para difusión inmediata)
Me ha dado esperanza el nombre elegido: Francisco. Sería
bueno que los expertos en rastrear hasta el mismísimo mapa genético, para dar
cuenta de quién es el papa recién elegido, entendieran que la adopción de un
nombre indica que la historia del papa está aún por escribirse; está apenas
inscrito, como promesa, en ese nombre, simbólicamente elegido, que nos recuerda
al Pobre de Asís. Hay un pasaje biográfico, particularmente importante, que ilumina
el camino al que su nombre apunta: un día salió Francisco de Asís a dar un
paseo y entró a rezar en la vieja iglesia de San Damián. Mientras rezaba
delante del Crucifijo, sintió que el Señor le decía: “Francisco, repara mi
iglesia; ¿no ves que se hunde?”. El nuevo papa, sin duda alguna, parte de un
sano realismo sobre el momento difícil y complejo que vive la iglesia; pero
también, lejos del síndrome de la fatalidad, está consciente de la Voz que
llama y muestra el camino de la transformación. El Papa no es el camino, sino
su instrumento.
Me entusiasma también el lugar de proveniencia del nuevo
Papa: América Latina. Lugar donde el cristianismo católico realizó, con
Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida, una de las recepciones más
creativas y comprometidas que se hayan dado del Concilio Vaticano II. El Papa
cuenta con la fuerza teológica, magisterial y martirial de todo un continente.
Es momento de utilizar toda esta impresionante reserva de sentido. Su primer
gesto, inclinándose él, para recibir la bendición del pueblo, apunta al deseo,
tan profundamente latinoamericanista y caribeño, de una iglesia que se deje
evangelizar y bendecir por los pobres. Una iglesia tal y como Jesús la quería.
Francisco de Asís y América Latina, son dos nombres que
traen consigo una suave brisa de esperanza.
La Conferencia de Religiosos y Religiosas de Puerto Rico (CORPUR) contempla agradecida estos signos de nueva madrugada para la vida de
la iglesia, pues, además, se revelan como entrañablemente nuestros: la identidad
místico–profética de la vida religiosa y la inculturación liberadora y festiva
de la fe en nuestro propio contexto. Signos claros del Dios que no abandona al
pueblo con el que ha hecho alianza de amor. Invito a todas nuestras comunidades
religiosas a ser casas abiertas, por las que pasa, es acogida y celebrada, la
brisa divina, perfume de esperanza.
Fr. Ángel Darío Carrero, ofm
Presidente de CORPUR
Custodio de los Franciscanos del Caribe
Teólogo residente del CEDOC y asesor de la CLAR
13 de marzo de 2013
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