La Misión es una urgencia, en muchos casos un tesoro que se descubre "en la marcha". ¡Cuántos jóvenes están haciendo, estos días de enero, la bella experiencia de "encontrar a Cristo"!... en las visitas misioneras, en la cercanía de los niños que se llegan por el hospedaje misionero, en la sabiduría de los ancianos que Dios les pone en las caminatas por el pueblo...
Ahí están nuestros jóvenes en Vinchina, a quienes no podemos olvidar... los recordamos en nuestras oraciones, intenciones, ¡Señor, haceles el regalo de "vivir la experiencia del encuentro con vos"!
Y también están nuestras hermanas: Ingrid, Yaqui, Maru, Caro y Jose. Ellas tienen la misión de ser
"compañeras", de dar testimonio, de darse, de ser oído, de poner el hombro... Una misión más dentro de la misión
Con el Documento de Aparecida decimos:
“La alegría del discípulo no es un sentimiento de bienestar
egoísta sino una certeza que brota de la fe, que serena el corazón y capacita
para anunciar la buena noticia del amor de Dios”. (Aparecida 29)
“Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir
cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido
en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo”.
(Aparecida 29)
“Los cristianos somos portadores de buenas noticias para la
humanidad y no profetas de desventuras”. (Aparecida 30)
“ La Iglesia debe cumplir su misión siguiendo los pasos de
Jesús y adoptando sus actitudes”. (Aparecida 31)
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