En este día en que recordamos el Bautismo del Señor, aunque su bautismo fue diferente al nuestro, es bueno recordar a nuestros santos y hermanos del Carmelo que alimentan nuestra espiritualidad con su doctrina. Hoy recordamos a Edith Stein o Teresa Benedicta de la Cruz. Mujer judía, feminista, filósofa-fenomenóloga y santa, de gran profundidad espiritual. Su santidad muy bien puede resumirse mirando un ícono suyo.
En 1º de enero de
1922, a los 31 años de edad, Edith Stein recibe el bautismo, y el nombre nuevo elegido por ella: Teresa. El que había
comenzado transformando su inteligencia y sus ideas ahora transforma todo su
ser, renace, es una mujer nueva, una mujer de Dios, la gracia completa en ella
la obra de la naturaleza.
Edith vuelve a
Breslau y comunica a su madre que es católica. Su conversión es un golpe muy
duro para su madre, pero intenta aceptarlo con espíritu de fe. Lejos de ser
expulsada, Edith se queda con su familia, y
acompaña a su madre a la sinagoga y
se une a ella en la oración de los salmos.
De esta épocaJuan Pablo II dirá: “Durante mucho tiempo Edith Stein vivió la experiencia de
la búsqueda. Su mente no se cansó de investigar, ni su corazón de esperar.
Recorrió el camino arduo de la filosofía con ardor apasionado y, al final fue
premiada, la Verdad la conquistó. En efecto, descubrió que la Verdad tenía un
nombre: Jesucristo, y desde ese momento el Verbo encarnado fue todo para ella.
Al contemplar, como carmelita, ese período de su vida, escribió a una
benedictina: «Quien busca la verdad, consciente o inconscientemente busca a Dios»”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
DEJANOS TU COMENTARIO