El papa Francisco concedió la gracia de un Año Jubilar
Teresiano para todas las diócesis de España, desde el día 15 de octubre de 2014
hasta el 15 de octubre de 2015, con el fin de celebrar con solemnidad el V
Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús.
De esta manera, se conceden las indulgencias propias del
jubileo de los santos: indulgencia plenaria a los fieles verdaderamente
arrepentidos, con las condiciones acostumbradas (confesión sacramental,
comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa). Más adelante se
comunicará cuáles serán los templos y santuarios jubilares donde los fieles
puedan conseguir la citada indulgencia.
Asimismo, el Santo Padre concedió al presidente de la
Conferencia Episcopal Española y al obispo de Ávila la gracia de impartir
durante el Año Jubilar la bendición papal, con la consiguiente indulgencia
plenaria, a los fieles cristianos presentes en las celebraciones que se
determinen, y que, verdaderamente arrepentidos y movidos por la caridad, hayan
asistido a los ritos sagrados y cumplan con las condiciones anteriormente
citadas.
La lectura del decreto, firmado por el cardenal Mauro
Piacenza, penitenciario mayor de la Santa Sede, y en el que concede el Año
Jubilar, tuvo lugar al finalizar la Eucaristía que, con motivo del IV
centenario de la
beatificación de Santa Teresa, se celebró ayer por la tarde en
la catedral de Ávila.
Durante la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal
Española, de noviembre de 2011, el cardenal Rouco Varela, en ese momento presidente
de la CEE, remitió un escrito al Papa en el que, además de solicitar el
mencionado Año Jubilar – como ya había hecho también el obispo de Ávila -,
recordaba la vida de Santa Teresa de Jesús y la intención de celebrar
solemnemente su centenario en toda España.
Teresa de Cepeda y Ahumada (Santa Teresa de Jesús) nació en
Ávila, el 28 de marzo de 1515, y murió en Alba de Tormes (Salamanca), en 1582.
Fue beatificada por Pablo V en 1614, canonizada por Gregorio XV en 1622 y
nombrada Doctora de la Iglesia Universal por Pablo VI en 1970.+ (Fuente: aica.org)
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