También mostró un camino de realización con su vida de
consagrada. El contraste que la futura carmelita ve entre las actividades de
las mujeres del mundo y las religiosas es el amor y la obediencia que estas últimas ponen en cada uno de sus
cumplimientos. El donarse a Dios es,
así, el principio y fin de la vida religiosa: cuánto más se actúa más rica es la vida divina que llena el alma.
“Donarse con amor, hacerse toda de otro para poseer a ese otro es el deseo más profundo del corazón femenino porque está naturalmente orientado hacia el otro. Sólo Dios es capaz de aceptar ese don ilimitado y aceptarlo en manera que no se pierda el alma sino que la gane. Es el pleno don de sí el principio de la vida religiosa y la única vía posible donde tienen cumplimiento los deseos femeninos.”Querés conocerla más? Teresa Benedicta de la Cruz
weee que grosas ustedes hermanitas...si uno es consiente de ese corazon femenino creo que el muno estaria mucho mejor y nosotros los hombres tambien seriamos capaces de amar en mayor plenitud el don de ser varon y el don que Dios otorgo a la creacion que son las mujeres.
ResponderBorrarClaro Camilo, cada uno varón y mujer fuimos creados con una inmensa dignidad y misión que debemos ir descubriendo día a día! Bendiciones!
Borrar