RELFEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO:
Dios ha querido que en el centro del mundo no haya un ídolo, sino que esté el hombre, el hombre y la mujer, que saquen adelante, con su propio trabajo, el mundo. Pero ahora, en este sistema sin ética, en el centro hay un ídolo y el mundo se ha vuelto idólatra de este “dios-dinero”. Manda el dinero. Manda el dinero. Mandan todas estas cosas que le sirven a él, a este ídolo. ¿Y qué ocurre? Para defender a este ídolo se amontonan todos en el centro y caen los extremos, caen los ancianos porque
en este mundo no hay sitio para ellos. Debemos decir: “¡Queremos un sistema justo! un sistema que nos haga salir a todos adelante”. Debemos decir: “Nosotros no queremos este sistema económico globalizado, que nos daña tanto”. En el centro debe estar el hombre y la mujer, como Dios quiere, y no el dinero. (22 de septiembre de 2013, Mundo laboral)
Dios ha querido que en el centro del mundo no haya un ídolo, sino que esté el hombre, el hombre y la mujer, que saquen adelante, con su propio trabajo, el mundo. Pero ahora, en este sistema sin ética, en el centro hay un ídolo y el mundo se ha vuelto idólatra de este “dios-dinero”. Manda el dinero. Manda el dinero. Mandan todas estas cosas que le sirven a él, a este ídolo. ¿Y qué ocurre? Para defender a este ídolo se amontonan todos en el centro y caen los extremos, caen los ancianos porque
en este mundo no hay sitio para ellos. Debemos decir: “¡Queremos un sistema justo! un sistema que nos haga salir a todos adelante”. Debemos decir: “Nosotros no queremos este sistema económico globalizado, que nos daña tanto”. En el centro debe estar el hombre y la mujer, como Dios quiere, y no el dinero. (22 de septiembre de 2013, Mundo laboral)
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