¡Se necesita creativos!, gente
que tenga mucha esperanza, que no se deje desanimar por las vicisitudes del
momento, sino en cambio, se deje activar para responder con pequeñas cuotas de
optimismo y hacer frente al dolor por el que estamos pasando.
¡Es urgente! Gente que ame la
vida de tal manera que luche por conseguir el anhelo que todos los hombres y
mujeres de buena voluntad llevamos dentro, el amor, la paz.
¡Se necesita gente que crea en un
mañana mejor!, que no se deje agobiar por el cansancio del día y saque fuerzas
de donde sea para terminar la tarea que emprendió hoy.
¡Se necesita artesanos de la paz!
que tengan un corazón tan fuerte que venza al odio con el amor
como respuesta a
la agresión. Se necesita gente que ame locamente a la humanidad, incluso sin
distinción, que ame sin mirar a quien porque lo que importa es el Dios que
habita en el prójimo.
¡Se necesita de vos! ¡Sí! De vos,
porque lo que no puede tu debilidad, lo puede la fuerza de Dios. Lo que no
puede tu inteligencia lo puede la Sabiduría de Dios. Se necesita de gente como
vos que crea más en Dios como artífice de todo lo que necesitamos, más que en la
propia fuerza.
¡Con Dios TODO, sin Dios nada!
ORACIÓN POR LA PAZ
Señor Jesús, tú guías sabiamente
la historia de tu Iglesia y de las naciones,
escucha ahora nuestra súplica.
Nuestros idiomas se confunden
como antaño en la torre de Babel.
Somos hijos de un mismo Padre
que tú nos revelaste
y no sabemos ser hermanos,
y el odio siembra más miedo y más muerte.
Danos la paz que promete tu Evangelio,
aquella que el mundo no puede dar.
Enséñanos a construirla como fruto
de la Verdad y de la Justicia.
Escucha la imploración de María Madre
y envíanos tu Espíritu Santo,
para reconciliar en una gran familia
a los corazones y los pueblos.
Venga a nosotros el Reino del Amor,
y confírmanos en la certeza
de que tú estás con nosotros
hasta el fin de los tiempos. Amén.
la historia de tu Iglesia y de las naciones,
escucha ahora nuestra súplica.
Nuestros idiomas se confunden
como antaño en la torre de Babel.
Somos hijos de un mismo Padre
que tú nos revelaste
y no sabemos ser hermanos,
y el odio siembra más miedo y más muerte.
Danos la paz que promete tu Evangelio,
aquella que el mundo no puede dar.
Enséñanos a construirla como fruto
de la Verdad y de la Justicia.
Escucha la imploración de María Madre
y envíanos tu Espíritu Santo,
para reconciliar en una gran familia
a los corazones y los pueblos.
Venga a nosotros el Reino del Amor,
y confírmanos en la certeza
de que tú estás con nosotros
hasta el fin de los tiempos. Amén.
(Autor: Padre Ignacio Larrañaga)
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