jueves, 13 de octubre de 2016

Breve biografía del Cura Brochero


Nació en Carreta Quemada (en los alrededores de Sta Rosa de Río Primero, Córdoba) el 16 de marzo de 1840. Era el cuarto de diez hermanos, que vivían de las tareas rurales de su padre. Creció en el seno de una flia de profunda vida cristiana. Dos de sus hermanas fueron religiosas del Huerto. Habiendo ingresado al Colegio Seminario “Ntra Sra de Loreto” el 5 de marzo de 1856, fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866. Como ayudante de las tareas pastorales de la Catedral de Córdoba, desempeñó su ministerio sacerdotal durante la epidemia de cólera que desbastó la ciudad. Siendo prefecto de estudios del Seminario Mayor, obtuvo el título de Maestro en Filosofía por la Universidad de Córdoba. A fines de 1869 asumió el extenso Curato de San Alberto, de 4.336 km2, con poco más de 10 mil habitantes que vivían en lugares distantes sin caminos y sin escuelas, incomunicados por las Sierras Grandes de más de 2.000 m de altura.

INDIGENCIA
El estado moral y la indigencia material de sus habitantes eran lamentables. El corazón apostólico de Brochero no se desanimó, sino que desde ese momento dedicaría su vida toda no solamente a llevar el Evangelio, sino a educar y promocionar a sus habitantes. Al año siguiente de llegar, comenzó a
llevar hombres y mujeres a Córdoba, para hacer los Ejercicios Espirituales. Recorrer los 200 km requería tres días a lomo de mula, en caravanas que muchas veces superaban las quinientas personas. Más de una vez fueron sorprendidos por fuertes tormentas de nieve. Al regresar, luego de nueve días de silencio, oración y penitencia, sus feligreses iban cambiando de vida.

EJERCICIOS EN SU VILLA
En 1875, con la ayuda de sus feligreses, comenzó la construcción de la Casa de Ejercicios de la entonces Villa del Tránsito (localidad que hoy lleva su nombre). Fue inaugurada en 1877 con tandas que superaron las 700 personas, pasando por ella, durante el ministerio parroquial de este siervo de Dios, más de 40 mil personas. Para complemento construyó la casa para las religiosas, el colegio de niñas y la residencia para los sacerdotes. Con sus feligreses construyó más de 200 km de camino y varias iglesias, fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos.
Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a sus queridos serranos de la pobreza en la que se encontraban, “abandonados de todos pero no por Dios”, como solía repetir. Predicó el Evangelio asumiendo el lenguaje de sus feligreses para hacerlo comprensible a sus oyentes.

DAR VIDA SACRAMENTAL
Celebró los sacramentos, llevando siempre lo necesario para la misa en las ancas de su mula. Ningún enfermo quedaba sin los sacramentos, para lo cual ni la lluvia, ni el frío lo detenían. “Ya el diablo me va a robar un alma”, decía.
Se entregó por entero a todos, especialmente a los pobres y alejados, a quienes buscó solicitadamente para acercarlos a Dios. Pocos días después de su muerte, el diario católico de Córdoba escribía: “Es sabido que el Cura Brochero contrajo la enfermedad que lo ha llevado a la tumba, porque visitaba largo y hasta abrazaba a un leproso abandonado por ahí”. Debido a su enfermedad, renunció al Curato, viviendo unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero respondiendo a la solicitud de sus antiguos feligreses, regresó a su casa de Villa del tránsito, y murió leproso y ciego el 26 de enero de 1914.

A fines de 2012 Benedicto XVI aprobó el milagro que le permitió al venerable cura ser beatificado el 14 de septiembre de 2013 en la misma ciudad que lo vio santificarse y santificar. (Fuente: revista “Todo Brochero”)

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