Los tesoros del corazón están relacionados con nuestro mundo
afectivo, siempre se relacionan con éste…podríamos decir que son lo más
preciado que tenemos, a veces no en relación al amor que sentimos por las
personas (padres, hermanos, amigos, etc) sino al interés que despiertan en
nosotros. Intereses comunes a todos son el “sabernos queridos y amados”, el “sabernos
tenidos en cuenta y valorados” y "el tener, la fama y el poder"
Un ejemplo claro del tema que estamos abordando es nuestra
vinculación con las redes sociales, ¿qué buscamos en ellas? ¿por qué nos
deprime ver que nadie ve ni reacciona a nuestros posteos? ¿qué hay de fondo en
éstas búsquedas camufladas? Algunos dicen que nos buscamos a nosotros mismos, cada vez que alguien me hace
una devolución de aquello que compartí en mi red social acelera mi ritmo cardíaco y me alegra la
mañana o la jornada, y mientras más likes tenga, más
tenida en cuenta me
sentiré.
Ahora vayamos a lo que nos dice la Palabra de Dios “Allí
donde esté tu tesoro, estará también tu corazón”(Mt 6, 21), si leemos unos
versículos antes notaremos que el Señor nos invita a cambiar intereses, a poner
en primer lugar y como centro de interés “las cosas de arriba”, dicho en otras
palabras, lo verdaderamente importante según la fe, que son las virtudes
cristianas esforzarnos por hacer de éste mundo cada día un lugar más parecido
al Reino de Dios, pero debemos empezar por nosotros mismos, y luego esperar que
los cambios lleguen a su tiempo.
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