REFLEXIÓN: Sobre el maestro
“Siempre que pienso en esta realidad de ser maestro siento
que en la vida hay que distinguir la vocación de la misión. La vocación es lo
que uno es. San Martín decía: “Serás lo que debas ser o sino no serás nada”.
Podemos decir: la vocación no se elige, se tiene. Se puede descubrir o no
descubrir nunca. Descubierta se puede aceptar o no, y aceptada se puede vivir
bien o mal. Uno es hombre y eso no lo elige, está. Puede descubrirlo o no
descubrirlo, descubierto lo puede aceptar o no aceptar y aceptado se puede
vivir bien o mal. Hay ciertas cosas que uno es y otras cosas que nos tocan
hacer y esa es nuestra misión”.
“Puede ser que hasta un cierto momento nos toque hacer algo y, de repente, ya no nos toque hacerlo mas, le toque hacerlo a otro y a nosotros nos toque hacer otra cosa. La misión es fundamental pero es radicalmente provisoria. Entonces podríamos preguntarnos: ¿ser maestra o maestro es una vocación o una misión?”.
“Fíjense: si digo ser maestra, me parece que es mas bien una vocación y ejercer la docencia es una misión.
La vocación es lo que uno es. Hay personas que a lo
mejor por una razón u otra ya no pueden ejercer la docencia, deben pasar a
tareas pasivas de bibliotecaria o de esto o de lo otro, pero conservan su ser
de maestra, su ser de maestro que lo va a acompañar durante toda su vida y más
cuando en una etapa final no pueda ejercer la docencia, pero su realidad de ser
maestro va a seguir y se va a manifestar en sus actitudes”.“Puede ser que hasta un cierto momento nos toque hacer algo y, de repente, ya no nos toque hacerlo mas, le toque hacerlo a otro y a nosotros nos toque hacer otra cosa. La misión es fundamental pero es radicalmente provisoria. Entonces podríamos preguntarnos: ¿ser maestra o maestro es una vocación o una misión?”.
“Fíjense: si digo ser maestra, me parece que es mas bien una vocación y ejercer la docencia es una misión.
“Por eso para todos aquellos que en nuestra infancia, pienso sobre todo en los que somos un poco más grandes.. O mejor, en ustedes que hace mucho tiempo que son jóvenes y pienso que lindo es recordar a las personas que con vocación de maestro supieron ejercer esa misión de la docencia que era mucho mas que trasvasar información”.
“Se dice que educar no es llenar cántaros sino encender antorchas. Y yo recuerdo de mi infancia, en esa escuelita de campo, allá en Campo Fabro, en Malabrigo, sobre el arroyo El Toba donde empezaba el obraje. Recuerdo un par de personas: a Doña Andrea Torosi de Fabro y a Don Juan Soto que fueron maestros y conmigo tuvieron la misión de ejercer la docencia. Más que los conocimientos que me trasvasaron, mucho mas que llenar cántaros realmente supieron encender en mi una antorcha que es la que me gustaría que siguiera brillando para ustedes”.
“Para ellos, una difunto y el otro con vida todavía gracias a Dios, pido la bendición de Dios, lo mismo que para todos los maestros y para todos nosotros. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén”.
(Padre Mamerto
Menapace, osb)
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