"En la vida del espíritu
quien no avanza, retrocede,
y quien no camina venciendo,
camina perdiendo".
(San Juan de la Cruz)
El santo nos recuerda que quien ha emprendido el camino de la vida espiritual, ésto es, de profundización en su vida de oración, reflexión, meditación, contemplación, debe ir dando pasos de avanzada, adelantando en el conocimiento de los misterios de Dios que se van manifestando y revelando en lo más íntimo de la persona, en su corazón, es un peregrinaje que implica mirada hacia la meta que es "la unión del alma con Dios".
No dar pasos en avance implicaría para el alma, para la persona un quedarse y por lo tanto retroceder... es un camino que se hace a fuerza de sacrificios, venciendo los obstáculos que se presentan, y muchas veces relacionados con nuestro propio "yo".
Y ese avanzar implica encontrarse con el rostro de Dios que se hace cercano y encontradizo en el más próximo, en el vecino, en el viajero, en el enfermo, en el niño, en la creación, en los acontecimientos, en las preocupaciones, en las distintas situaciones de vida que toquen enfrentar... se trata de eso, de descubrir el misterio de Dios que embarga todo lo que nos rodea y acontece...
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