En una hermosa sabana africana un león se había perdido
de su grupo. Llevaba ya 20 días caminando de un lado para otro y no encontraba
a los suyos. Tenía hambre y sed, pero también mucho miedo al verse solo.
Por fin divisó un estanque de agua fresca. Inmediatamente
corrió hacia él con todas sus fuerzas. Estaba muerto de sed y necesitaba a toda
costa tomar un poco del líquido vital. Sin embargo, al llegar a la orilla vio
sobre las aguas la imagen de un león sediento. Entonces se retiró. “El estanque
ya tiene dueño”, pensó.
Esa noche se quedó cerca de allí, pero no se atrevía a ir
de nuevo al estanque. Si aparecía el león que era dueño del lugar, seguramente
lo atacaría por meterse con su propiedad. Y él no estaba en condiciones de
enfrentarse a nadie. Pasó un día y el sol quemaba.
Ya era tanta la sed, que el león decidió arriesgarse. No
aguantaba más. Así que se acercó cautelosamente al estaque y al llegar a la
orilla vio de nuevo al león. Era tanta su sed que no le importó. Metió la
cabeza para tomar el agua fresca. En ese momento, el león desapareció: había
estado viendo solo su reflejo.
PENSEMOS:
1) ¿Qué enseñanza
nos deja éste cuento?
2) ¿A quién se
parece el león?
3) ¿Por qué creía
que su propia imagen era la de otro león?
4) ¿Qué le impulsó
a vencer su miedo?
5) ¿Cuáles son los
miedos que necesitas vencer vos?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
DEJANOS TU COMENTARIO