Oh Dios nosotros no los vimos,
Sin embargo, tú los viste,
cientos y miles de seres humanos
sometidos a la trata de personas cada año para unirse a los
millones de personas que están atrapadas en la esclavitud moderna.
En condiciones terribles, trabajan en fábricas, aran los campos
cosechan los cultivos, trabajan en las canteras, llenan los burdeles,
limpian las casas, y acarrean agua.
Muchos son niños con dedos pequeñitos para tejer alfombras
y hombros pequeños para cargar un fusil,
su trabajo es forzado, sus cuerpos golpeados, sus rostros ocultos
de los que realidad no quieren verlos.
Pero Tú los ves a todos, Dios de los pobres.
Tú escuchas su clamor y respondes a él abriendo nuestros ojos, y
quebrantando nuestros corazones y abriendo nuestros labios
para alzar la voz y decir:
No más.
Amén.
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