Desde la comunidad del Noviciado las Carmelitas Misioneras hacemos memoria del nacimiento del Padre Fundador, quien nos dejó como herencia la inmensa riqueza de un carisma específico: “entregarnos por amor a Dios y a los prójimos”.
Hemos dado gracias al Señor por el testimonio de nuestro padre, que sigue guiando el caminar de sus hijas, y confiándoles la tarea de continuar anunciando su mensaje de amor a los más necesitados.
Desde que comenzamos el día, nuestra oración se vistió con el tinte de lo palautiano, ofreciendo la acción de gracias por todo lo recibido y por quienes nos han dejado el camino con sus huellas para continuar sin descanso la obra encomendada por Dios. El momento de la oración lo compartimos en comunidad mirando el video referido a Hna Juana Gracias, que nos llenó el corazón de la fortaleza y la confianza con que ella misma se dejaba guiar por el Padre.
Luego, la celebración de la Eucaristía se tornó un canto de alabanza compartida con la comunidad parroquial, quienes atentamente escuchaban a Hna Mª del Carmen Trillo que explicaba el motivo de nuestro gozo. Todos se unían a nosotras con su acción de gracias. La celebración fue sencilla y muy afable, aunque éramos pocos nos sentimos muy acompañadas y eso fue lo más grato.
Todo concluyó con un breve momento de Adoración que nos introdujo en el encuentro profundo con el Amado para dar gracias por el “don de la vocación y el llamado a seguirlo en la familia del Carmelo Misionero”.
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