La Iglesia celebra cada año una Jornada Mundial de la Vida consagrada el 2 de febrero “Fiesta de la Presentación del Señor”; en Argentina, debido a que la fecha cae en tiempo de vacaciones, la Conferencia Episcopal ha trasladado dicho festejo para el 8 de septiembre “Fiesta de la Natividad de la Virgen”.
El objetivo
de este día es para que los católicos valoren y reconozcan la riqueza de tener
en medio de los pueblos a hombres y mujeres que han optado por dejarlo todo y seguirlo dedicando su vida a Él y a la causa del Evangelio. La Jornada nos
permite también agradecer a Dios por el don de la vida consagrada a la Iglesia
y a la humanidad.
Según el
Catecismo de la Iglesia en su artículo 914 dice que es "El estado de vida
que consiste en la profesión de los consejos evangélicos, aunque no pertenezca
a la estructura de la Iglesia, pertenece, sin embargo, sin discusión a su vida
y a su santidad" (LG 44).
Los consejos
evangélicos hacen referencia, sobre todo, a los 3 votos de castidad, pobreza y
obediencia. También recuerdan que el corazón del consagrado tiene Dueño y es
Jesús a quien ha donado toda su vida.
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