ORACIÓN
Señor Jesús, como llamaste un día a tus primeros discípulos para hacerlos pescadores de hombres, ven a visitarnos a la orilla del mar que abraza las costas de nuestro Continente. Te acogemos en la barca de nuestra Iglesia latinoamericana y caribeña: queremos oír de tu voz fuerte: “lancen las redes”, para sacudirnos al final
de una noche de cansancio; pero a pesar de todo tu Palabra nos fascina y la propuesta de tu Reino nos entusiasma ¡Percibimos los albores de un nuevo amanecer que pueda llenar nuestras redes!
Danos tu Espíritu para discernir las aspiraciones y las hesitaciones de los jóvenes de hoy, a la vez deseosos de servir y temerosos de avanzar mar adentro. Danos la sabiduría de llevártelos. ¡Que vayan, vean y te sigan!
Ilumínanos para que les ofrezcamos itinerarios adecuados de formación que les prepare a dar sentido a la vida del hombre y de la mujer de hoy, les permitan ser buenos samaritanos para los heridos de la vida y profetas de la justicia para tantas víctimas de la corrupción y de la violencia.
Ayúdanos a ser testigos alegres y decididos de una vida de servicio, radicalmente entregada a Dios y al prójimo, en la vida matrimonial, sacerdotal, consagrada, contemplativa o misionera, dentro o fuera de nuestras fronteras.
¡Qué sepamos convencer que la pastoral vocacional concierne a los miembros de cualquier grupo, movimiento o asociación apostólica, a todos los agentes de pastoral sin excepción!
Te agradecemos Padre, la voz profética de nuestros obispos latinoamericanos que nos convocan a un Nuevo Pentecostés y a la Misión Continental. Te renovamos nuestra voluntad de lanzar las redes para que nuestros pueblos vivan su fe como una experiencia de vida plena.
Acompáñanos en este Congreso para que aprendamos a trabajar con una fe renovada en tu Palabra y con un nuevo entusiasmo. Te lo pedimos por la intercesión de la Virgen de Guadalupe.
Amén.
Señor Jesús, como llamaste un día a tus primeros discípulos para hacerlos pescadores de hombres, ven a visitarnos a la orilla del mar que abraza las costas de nuestro Continente. Te acogemos en la barca de nuestra Iglesia latinoamericana y caribeña: queremos oír de tu voz fuerte: “lancen las redes”, para sacudirnos al final
de una noche de cansancio; pero a pesar de todo tu Palabra nos fascina y la propuesta de tu Reino nos entusiasma ¡Percibimos los albores de un nuevo amanecer que pueda llenar nuestras redes!
Danos tu Espíritu para discernir las aspiraciones y las hesitaciones de los jóvenes de hoy, a la vez deseosos de servir y temerosos de avanzar mar adentro. Danos la sabiduría de llevártelos. ¡Que vayan, vean y te sigan!
Ilumínanos para que les ofrezcamos itinerarios adecuados de formación que les prepare a dar sentido a la vida del hombre y de la mujer de hoy, les permitan ser buenos samaritanos para los heridos de la vida y profetas de la justicia para tantas víctimas de la corrupción y de la violencia.
Ayúdanos a ser testigos alegres y decididos de una vida de servicio, radicalmente entregada a Dios y al prójimo, en la vida matrimonial, sacerdotal, consagrada, contemplativa o misionera, dentro o fuera de nuestras fronteras.
¡Qué sepamos convencer que la pastoral vocacional concierne a los miembros de cualquier grupo, movimiento o asociación apostólica, a todos los agentes de pastoral sin excepción!
Te agradecemos Padre, la voz profética de nuestros obispos latinoamericanos que nos convocan a un Nuevo Pentecostés y a la Misión Continental. Te renovamos nuestra voluntad de lanzar las redes para que nuestros pueblos vivan su fe como una experiencia de vida plena.
Acompáñanos en este Congreso para que aprendamos a trabajar con una fe renovada en tu Palabra y con un nuevo entusiasmo. Te lo pedimos por la intercesión de la Virgen de Guadalupe.
Amén.
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