miércoles, 16 de agosto de 2017

Oración de súplica "¿Por qué temo seguirte, Señor?

“Muchos son los llamados y pocos los elegidos…”

cuántas veces he oído este pasaje evangélico
y me he quedado inmóvil ante tal afirmación,
pienso que esos “muchos”,
son otros y que no debo estar entre ellos…

He oído tu voz, llamándome por mi nombre,
en la más profunda oración,
en el más callado silencio,
te he escuchado una y otra vez,
pero me ha resultado más fácil decir
 que te gusta pronunciar mi nombre,
pero que no es tu intención llamarme porque…
 no es fácil seguirte,
no es fácil amarte,
no es fácil hacer tu voluntad…

Temo seguirte, no puedo negártelo,
temo sobre todo ser presa de mis debilidades,
dejar que lo que me rodea me deslumbre más que tu mirada
y al bajar mis ojos me deje  sostener
por la oscura luz de lo efímero y pasajero…

Ayúdame a seguirte,
tengo una certeza interior,
 a tu lado tendré dicha eterna,
pero peleo por dentro para desoír tu voz…

Dame la fortaleza de Teresa la grande,

que fue capaz de soportar
el profundo dolor de la separación de su padre
el día que se fue de casa.
 
Dame la alegría inocente de Teresita
que se abandonó confiada en tus manos

y fue capaz de animar a otros a vivir en ese abandono.

Dame el amor loco de Juan de la Cruz,
capaz de enfrentar lo inimaginable
por seguir tus mociones.

Dame la determinación y valentía de Edith Stein
para dejarlo todo por la certeza
de haber hallado la Verdad que plenifica y da sentido a todo.

Dame la ternura de Isabel De la Trinidad
que sabe descubrirse ricamente habitada por el mismo Creador
que la elige como morada de descanso, su Betania.

Dame la resiliencia de Francisco Palau,
capaz de salir adelante y fortalecido en su vocación,
después de cada adversidad de la vida.

Dame, Señor, de cada uno de tus santos carmelitas,
la capacidad de decirte que sí,
porque no importa nada más que tu voluntad

que es amable. Amén.

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