viernes, 30 de marzo de 2012

MI EXPERIENCIA DE PROFESIÓN DE VOTOS (Gaby)


Después de que han pasado varios días desde la ceremonia de mi Primera Profesión, de haber ido recapitulando,  y rezando lo vivido, surge de mi corazón esta acción de gracias: “te doy gracias Señor por tu amor”
Porque viví ese momento como expresión de su amor, y como Fiesta. La fiesta de la Iglesia, porque se dio en un clima festivo y en un clima de familia, Iglesia familia - Iglesia-comunión.
Fue la fiesta de la Provincia, porque a través de la presencia de Lidia, Olga, Irma, y María del Carmen, me sentí acompañada por cada una de las CM.

Fue la fiesta de la Iglesia Diocesana, ya que hubo mucha participación de laicos, que por iniciativa propia o por disponibilidad, algunos participaron en el coro, otros hicieron las patys (hamburguesas), otras sirvieron las mesas, otras, hicieron con mucho cariño la torta y todo desde un corazón generoso y desinteresado, desde el  sentirse parte.  Hermanos de las comunidades del sur, de la pastoral carcelaria, del barrio, algunos sacerdotes diocesanos, y hermanas de otras congregaciones quisieron acompañarnos en este día.

Fue  también la fiesta de la Iglesia Argentina, porque vinieron amigos misioneros de otras diócesis, de la diócesis de Neuquén, lugar donde vamos de misión, y de la diócesis de Esquel.  Y por ultimo  fue la fiesta de la Iglesia Universal, ya que la Iglesia Hermana de Mozambique, se hizo presente a través de su Pastor, el propio Don Lucio, en la homilía decía que había venido en nombre de los hermanos mozambicanos… todo esto me hace sentir  y ver claramente que fue la fiesta de la Iglesia y  creo que estuvo en sintonía con nuestro carisma.

Respecto de África,  quisiera contar, que allí, después de la comunión, en la liturgia, a diferencia de Argentina, en vez de hacer un canto de meditación, se ora danzando. Se hace una acción de gracias. Y esa acción de gracias, se expresa con una danza. Entonces algunas de las misioneras que han estado en Mozambique, vestidas a la manera africana (con capulanas, ropa típica de la mujer) cantaron el “Nzi ta tlangela Yehova (como pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho”, salmo 115)  en changana, la lengua local, y danzaron. Esa danza tiene dos gestos claros, el alzar las manos como signo de alabanza y el golpe de manos, como signo de agradecimiento.

El momento de pronunciar la formula de profesión fue fuerte para mí. Desde lo personal, fue ver la obra de Dios en mi vida, ver de manera concreta la lectura de Jeremías, “Tu me has seducido Señor y me he dejado Seducir”,  porque por un lado fue el fin de una lucha, en la que ganó El,  pero al mismo tiempo, sentir que esto recién empieza… que acá empieza todo… un camino, una relación, que terminará en la eternidad… como decía San Pablo, no es que crea que haya llegado a la meta, “No quiere decir que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecta, sino que continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús”

No los quiero cansar, me despido, pidiéndole al Señor por intercesión de María que “no abandone la obra de sus manos”,  prometiéndole,  que de mi parte “Haré cuanto pueda para perseverar unida a Dios”. Y que nos haga a todos cada vez mas suyos.

                                                    Gaby, cm


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