Hoy celebramos la Anunciación del Señor!

Lo que hoy celebramos es el misterio del comienzo de la existencia humana del Hijo de Dios en el seno virginal de María. Lo que hoy celebramos es el amor inmenso de Dios por el hombre, por su creatura. Tan grande es este amor que lo lleva a hacerse también Él partícipe de la condición humana para ofrecerle al hombre la posibilidad de vivir la vida plena de hijo de Dios. Ésta es la primera paradoja que hoy nos llena de asombro, el Dios grande, el Dios rico, el Dios inmenso se hace pequeño, pobre, frágil creatura en el seno virginal de María para -desde esta condición humana- ofrecernos a todos la posibilidad de llegar a vivir la vida plena de hijos de Dios. Tanto amó Dios al mundo -dice San Juan- que le entregó a su propio Hijo, y forzando no el sentido, pero si el texto podríamos decir, tanto ama Dios al hombre que se hace hombre en el seno virginal de María para poder brindar al hombre la posibilidad de la vida plena de hijo de Dios. El Dios de la Vida toma la vida humana como instrumento para llevar a todos a la plenitud de la vida divina.

Este es el núcleo de esta celebración litúrgica. Como siempre sucede en la historia de la Salvación, Dios para llevar adelante su proyecto salvador cuenta con la colaboración del hombre. En este caso, cuenta con la disponibilidad de María que totalmente confiada en la propuesta de Dios, responde “hágase en mí, según Tu Palabra”. Por eso en este día lo primero que hacemos es alabar a Dios y darle gracias por su amor,

reconocer la gratuidad del don que de Él recibimos, de todos los dones que de Él recibimos que se condensan en el don de su propio Hijo entregado por nosotros. Desde hace muchos siglos la Iglesia celebra esta fiesta de la Anunciación del Señor alabando a Dios y glorificándolo también por la generosa respuesta de María que nos abrió a todos las puertas de la salvación.

(Fuente: Homilía pronunciada por Mons. Carlos María Franzini,  en la misa celebrada en la Iglesia Catedral de Rafaela el 25/3/11, Solemnidad de la Anunciación del Señor y Jornada del niño por nacer)