Muchos chicos y
chicas como vos, se sienten atraídos por la Vida Consagrada, mucho más si se
han acercado al testimonio de algunos buenos consagrados como San Francisco de
Asís, la Madre Teresa de Calcuta, Santa Teresita del Niño Jesús, etc. u otros
que sólo son conocidos en su ámbitos pastorales, como la hermana que acompaña
al grupo de Cáritas, o el hermano que lidera el Proyecto parroquial solidario,
o el padre “Fulano” que se desvive por las necesidades de la Iglesia, o hasta
el mismo Papa Francisco.
Y no es raro que
les surjan deseos de hacer algo parecido, no es extraño tampoco que se sientan
atraídos por sus palabras, sus convicciones, hay algo en ellos que los mueve ya
que se sienten más atraídos por Jesús
y su causa, el Evangelio.
Estos/as jóvenes
experimentan serios deseos de darse, de ayudar, de “hacer algo ante las
injusticias” y el estilo de algunas personas les mueve y hasta arrastra a “buscar”
una respuesta a la pregunta ¿cómo se si tengo Vocación?
No es algo fácil
de responder ya que cada persona es única y los caminos del Señor son muy diferentes
en cada uno.
Algunas
sugerencias:
1-
Buscar
alguien con quien poder hablar del tema, tu párroco, una religiosa conocida, el
líder de tu grupo juvenil, en fin, alguien que pueda darte más luces en la
búsqueda.
2-
Participar
de retiros, encuentros o jornadas vocacionales.
3-
Orar,
pedir al Señor que te dé su luz. Mejor si se trata de la “Lectura Orante de la
Palabra”
4-
Y
algo muy importante “fortalecer la vida sacramental” o sea, participar más
frecuentemente de la Eucaristía, confesarte más seguido, etc.
5-
No es
bueno caminar en esta búsqueda solo/a NO LO OLVIDES.
Te animo a
reflexionar siguiendo estos enlaces:
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