“¿Qué más quieres, ¡oh alma! Y qué más buscas fuera de ti, pues dentro de ti tienes tus riquezas, tus deleites, tu satisfacción, tu hartura y tu reino, que es tu Amado, a quien desea y busca tu alma? Gózate y alégrate en tu interior recogimiento con él, pues le tienes tan cerca; ahí, en tu interior, y no vayas a buscar fuera de ti, porque te distraerás y cansarás y no le hallarás ni gozarás más cierto, ni más presto, ni más cerca que dentro de ti. ¡Solo hay una cosa, que aunque está dentro de ti, está escondido. Pero gran cosa es saber el lugar donde está escondido para buscarle allí a lo cierto”(San Juan de la Cruz, Cántico 1,8).
Todos somos "buscadores sedientos de Dios" lo ansiamos, gemimos por Él y nos perdemos en mil cosas cuando intentamos encontrarlo; algunos saben qué buscan, otros no... pero todos vamos tras de Él.
Los grandes santos pasaron por tu experiencia, te comprender, saben de qué se trata tu sed, y te animan a buscar pero DENTRO DE VOS, en tu más profundo centro!
¿Cómo entrar ahí?, son necesarias algunas cosas simples, para comenzar "silencio y soledad", seguidamente llamalo, invocalo, invitalo a que se quede con vos, y por último dejalo obrar...
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