-La limosna
La limosna es dar dinero a los que pasan necesidad. Lo cual sigue teniendo actualmente -y más aún en momentos de
crisis económica- todo su valor. Si bien la mendicidad de la calle provoca
normalmente desconfianza, en cambio sí que hay que plantearse seriamente, con
motivo de la Cuaresma, nuestra propia aportación a las acciones de servicio a
los necesitados: Cáritas, Tercer mundo, o cualquier otra. Teniendo en cuenta
que, si es verdad que todos sufrimos las consecuencias de la crisis, también lo
es que unos las sufren mucho más que otros...
La limosna tiene también otro nivel: la limosna de tiempo.
Es decir, el dar una parte del propio tiempo como servicio para alguien que lo
necesite: sea ayudando a una persona que vive sola, o visitando a un enfermo o
a
través de alguna institución que pida voluntariado. Y también, ayudando en
campañas de sensibilización y otras actividades semejantes. Finalmente, está
también un tercer nivel: el que se refiere a las causas de la pobreza y de la
desigualdad social. Limosna será también trabajar para que esta sociedad y este
sistema cambien, de modo que no aumente cada vez más la separación entre los
que tienen y los que no tienen. Lo que significa plantearse y actuar en la
organización económica, social, política. Por lo menos, si no hay otras
posibilidades, permaneciendo atentos, informados, sensibilizados ante el tema.
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