¿Cómo vivir el Viernes Santo de este año en compañía de
María, la Madre dolorosa? Un antiguo libro titulado "Dormición de la
Virgen" presenta a María recorriendo los lugares por los que anduvo Jesús
camino del Calvario. Parece ser que ésta era también -como atestigua la monja
Hegeria en el siglo IV- una tradición de los cristianos que vivían en Jerusalén
el día de Viernes Santo. Todos querían recorrer la senda que el Maestro había
recorrido con la cruz a cuestas hasta el Calvario.
¿Qué sentiría hoy María viendo la "Vía Dolorosa"
convertida en la calle más comercial de la Jerusalén antigua? Los grupos de
mujeres plañideras han sido sustituidos por vendedores que ofrecen especias,
ropas y toda clase de artesanía y de recuerdos. Los peregrinos se convierten
con frecuencia en meros turistas. Nada es como aquel viernes del año 30. O
quizá sí. Hoy como entonces seguimos ignorando al Cristo que pasa, aunque,
también hoy como entonces, sigue habiendo pequeños cireneos.
Siento que la mirada de María no es una mirada de condena.
Los mismos ojos compasivos que contemplaron entonces al Hijo sufriente
contemplan hoy a los hijos sufrientes que se esconden tras los
escaparates de
un comercio o bajo la gorra de un turista. La presencia de María sigue viva en
esa calle que parte de la torre Antonia y muere en la basílica del Santo
Sepulcro, que serpea por entre bazares y puestos de policía, que ensambla las
voces de los comerciantes, las plegarias de las mezquitas y las campanas de las
iglesias, que mezcla las monedas y el incienso. Aparece de manera expresa en el
pequeño bajorrelieve que conmemora la cuarta estación en una capilla regida por
los armenios católicos.
Sigue viva, por encima de todo, consolando a los muchos
cristos rotos que deambulan por las "vías dolorosas" de este mundo
nuestro, de la que la Vía Dolorosa de Jerusalén es todo un símbolo.
Podemos vivir este Viernes Santo de muchas maneras. Os
invito a vivirlo al lado de María. Me resultan muy luminosas las palabras de
Juan que leemos hoy en el relato de la pasión y que tantas veces han sido
musicalizadas: "Stabat mater iuxta crucem". La madre de Jesús permanecía
en pie junto a la cruz.
¿Cómo se percibe el misterio de la muerte de Jesús estando
de pie al lado de la madre? Esta perspectiva mariana del Viernes Santo es
"otra cosa". Dediquémosle tiempo, mucho tiempo. Y pocas palabras.
Ojos abiertos y corazón sencillo. Entonces el misterio entrará en nuestra casa.
(Fuente: ciudadredonda.org)
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