Hace un tiempo, para ser mas precisa Abril del 2014, recibí por parte de
la hermana Carolina Soria la invitación para formar parte del grupo misionero y
sinceramente mi respuesta fue un tímido "si" al no saber de que se
trataba, pero en cada formación fui diciendo si nuevamente con mas seguridad y
con el corazón lleno de aquella fe que me llevaba a moverme.
Las cosas de Dios son una locura ¡¡¡DE LA BUENA!!! ¿Quién se lo hubiera
imaginado? ¿yo misionera? Antes de
buscarlo yo a él, él me buscó a mi para hacer posible en mi su misión.
Recuerdo como si fuese ayer cada momento en el que nos preparábamos, con
altos y bajos siempre confiando, muchas veces luchando contra el enemigo, ¿pero
qué creen? El amor venció!!! Así con cada esfuerzo fue posible cada día acercarnos
más y más a nuestro destino: Villa Castelli-La Rioja .
Personalmente sentía mucho miedo, muchísimo porque era algo desconocido
algo nuevo, miedo a equivocarme a no poder ser misionera, esa fue la carga mas pesada que pude llevarme
y por otro lado también era un desafío personal, atreverme a dejar mi familia
mis amigos todo aquello que me rodea y a lo que estoy acostumbrada, costó mucho
cada paso que di, fue realmente contra
viento y marea así que viajé con una mochila pesada. Así llegué a la Rioja
cargada pero al día de salir a misionar sentí que el cielo se abría de par en
par, llenándome del Espíritu Santo, es
increíble todo lo que Dios pudo hacer en mi, cada hogar que visité y a cada
persona que pude compartirle la Palabra de Dios fue un regalo. De pronto me encontré en
mi lugar haciendo algo que me llenó el alma, "misionando". Creo que
no todos tienen la oportunidad de compartir con gente de otra provincia semejante regalo que es poder escucharlos y desde
lo poco que somos poder ayudarlos. Yo me siento una afortun
ada de haber podido ser parte de la misión, cada abrazo cada sonrisa y cada agradecimiento de la gente del lugar llenaron mi alma de alegría y vaciaron por completo aquella mochila pesada que tenía, ¿QUÉ MAS LE PUEDO PEDIR A DIOS?
ada de haber podido ser parte de la misión, cada abrazo cada sonrisa y cada agradecimiento de la gente del lugar llenaron mi alma de alegría y vaciaron por completo aquella mochila pesada que tenía, ¿QUÉ MAS LE PUEDO PEDIR A DIOS?
Entre esta aventura extraordinaria que me tocó vivir también fui parte
del equipo de Retiro, puedo decir que es tan gratificante poder ver la alegría
en otros jóvenes que se encontraron con Dios a través de nuestros testimonios,
todo fue obra de Él y salió todo como Él quiso que fuera.
Volví a casa llena de fuerzas, con un ardor misionero que sólo los que
lo vivimos lo entendemos, fue mi primera experiencia y la que cambió mi vida,
en esta misión encontré aquello que me hace feliz, "SALIR AL ENCUENTRO DE
LA GENTE". Hoy solo puedo animar a
aquellos que todavía tienen miedo a que se dejen amar por Dios para que cada
vez seamos más los que por seguirlo son felices... ANIMO!!! Si yo pude ustedes
también!!!
¡¡¡¡ TODO ES POSIBLE EN DIOS, SOLO EL BASTA !!!!
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