En el evangelio de este día (Lc 13, 10-17), el Señor obra con profunda compasión liberando
de su enfermedad y del espíritu que la
oprimía, a una mujer que por 18 años no podía enderezarse a causa del maligno.
Hoy en día son muchos los hermanos y hermanas que padecen
diferentes enfermedades, muchas de ellas causadas por el propio pecado que nos
ata y oprime.
MEDITEMOS
1- ¿Qué
nos impide LEVANTARNOS y caminar erguidos hoy?
2- ¿Qué
hermanos nuestros necesitan hoy ser LIBERADOS del mal pero que a causa de las
reglas y leyes humanas dejamos de hacerlo?
3- ¿En
qué lugar ubica Jesús al “ser humano” entre sus prioridades? ¿y yo?
Oración por la curación interior
Señor Jesús, tú has venido a curar los corazones heridos y atribulados, te ruego que cures los traumas que provocan turbaciones en mi corazón; te ruego, en especial que cures aquellos que son causa de pecado. Te pido que entres en mi vida, que me cures de los traumas psíquicos que me han afectado en tierna edad y de aquellas heridas que me los han provocado a lo largo de toda la vida. Señor Jesús, tú conoces mis problemas, los pongo todos en tu corazón de Buen Pastor. Te ruego, en
virtud de aquella gran llaga abierta en tu corazón, que
cures las pequeñas heridas que hay en el mío. Cura las heridas de mis
recuerdos, a fin de que nada de cuanto me ha acaecido me haga permanecer en el
dolor, en la angustia, en la preocupación. Cura, Señor, todas esas heridas
íntimas que son causa de enfermedades físicas. Yo te ofrezco mi corazón,
acéptalo, Señor, purifícalo y dame los sentimientos de tu Corazón divino.
Ayúdame a ser humilde y benigno.Señor Jesús, tú has venido a curar los corazones heridos y atribulados, te ruego que cures los traumas que provocan turbaciones en mi corazón; te ruego, en especial que cures aquellos que son causa de pecado. Te pido que entres en mi vida, que me cures de los traumas psíquicos que me han afectado en tierna edad y de aquellas heridas que me los han provocado a lo largo de toda la vida. Señor Jesús, tú conoces mis problemas, los pongo todos en tu corazón de Buen Pastor. Te ruego, en
Concédeme, Señor, la curación del dolor que me oprime por la muerte de las personas queridas. Haz que pueda recuperar la paz y la alegría por la certeza de que tú eres la Resurrección y la Vida. Hazme testigo auténtico de tu Resurrección, de tu victoria sobre el pecado y la muerte, de tu presencia Viviente entre nosotros. ¡Amén!
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