“Mira hacia el Crucificado. Si estás unida a él, como una
novia en el fiel cumplimiento de tus santos votos, es tu sangre y Su sangre
preciosa las que se derraman. Unida a él, eres como el omnipresente. Con la
fuerza de la Cruz, puede estar en todos los lugares de aflicción.”
“Hay una vocación a sufrir con Cristo y por lo tanto a
colaborar en su obra de redención. Si estamos unidos al Señor, entonces somos
miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Todo sufrimiento llevado
en unión con el
Señor es un sufrimiento que da fruto porque forma parte de la gran obra de
redención.”
"No se puede adquirir la ciencia de la Cruz más que
sufriendo verdaderamente el peso de la cruz. Desde el primer instante he tenido
la convicción íntima de ello y me he dicho desde el fondo de mi corazón: Salve,
OH Cruz, mi única esperanza". (Sta Teresa Benedicta de la Cruz)
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