Nuestras hermanas Ma José Cortés y Lourdes Pera, se encuentran realizando su etapa de Juniorado Intensivo en Colombia, desde allí nos comparten su experiencia de Renovación de Votos Religiosos.
El día 15 de
Julio en la casa de retiros de los padres Paules, en Chinauta-Colombia, realizamos
con alegría y agradecimiento por la fidelidad de Dios para con nosotras,
nuestra renovación de votos. Esa jornada fue el culmen de un tiempo lleno de
bendiciones, ya que nos preparamos con una semana de ejercicios espirituales
junto a las hermanas de las Provincias Santa Teresita y Sagrado Corazón, de
Colombia.
En los
ejercicios espirituales nos acompañó con su iluminación el P. Alberto Klein, un
sacerdote del Verbo Divino, argentino, de la provincia de Misiones, que lleva 29 años en tierras colombianas. El tema
central que nos ayudó a reflexionar y orar
fue la gratuidad y la comunión en
nuestra vivencia de la fraternidad. El P. Alberto con sus gestos y palabras
nos recordó que lo valioso de nuestra vida
consagrada está en ser “un solo
corazón y una sola alma”, imagen del amor Trinitario, porque así y sólo así el
mundo creerá.
Fue un tiempo de
oración y silencio, pero también de compartir el gozo de la fraternidad ya que
éramos 39 hermanas de cinco países: Colombia, Ecuador, Costa Rica, El Salvador
y Argentina, cada una con su riqueza inigualable que se manifestaba en el trato
y la preparación de los detalles de la liturgia de cada día.
El día anterior
a la renovación hicimos un gesto que quedó marcado en el corazón de todas, el
Padre nos invitó a acercarnos a las hermanas que para nosotras han sido un
signo de la bendición de Dios, a decirles a ellas por qué lo son y a
bendecirlas. Fue un momento muy emotivo, donde pudimos poner en palabras
aquello que habíamos orado y agradecido tanto en esos días, el regalo inmenso
que nos hizo Dios al hacernos hermanas.
Para el día de
la renovación el P. Alberto, nos dijo que eligiéramos textos bíblicos
significativos para nosotras para la Eucaristía, y elegimos el de la segunda
carta de Pablo a los Corintios: "llevamos
este tesoro en recipientes de barro" (2Cor 4, 7ss), porque reconocemos
nuestra pequeñez y fragilidad ante la misericordia inmensa que nos tiene el Señor
al llamarnos para seguirlo. Y tomamos el Evangelio de la Samaritana (Jn
4,5-42), porque al igual que esa mujer, tenemos sed de su Agua Viva que da
plenitud y sentido a nuestra existencia, y porque también nosotras, como ella,
queremos dejar nuestro cántaro para ir a comunicar la Vida al pueblo que está
sediento. La Eucaristía terminó con un gesto muy hermoso, el Padre y todas las
hermanas extendieron sus manos para bendecirnos y pedir para nosotros el don de
un amor cada vez más grande, para con el
que es el Agua Viva capaz de calmar la sed de nuestro corazón.
Luego recibimos
muchos detalles de cariño de parte de todas las hermanas, y, para que no
extrañáramos la Patria, nos regalaron un riquísimo desayuno con toque argentino.
¡Bendito sea
Dios que nos ama, nos llama y sostiene nuestra entrega!
Un fuerte
abrazo,
Ma. José y
Lourdes, cm.
Virgen Sma del Carmelo que estas hermanas estén siempre sostenidas por Vos en la fe y en las obras. Y que ello les dé la Felicidad que Dios Padre les ha prometido.
ResponderBorrarAbrazo fuerte hermana Maria José.