Hemos encontrado ésta hermosa reflexión del Cardenal
Cushing sobre el valor de la sonrisa y su impacto en las personas que la
reciben, te invitamos a leerla con atención y a dejarte tocar por lo que dice,
hasta el punto de empezar a sonreír y … a derrochar sonrisas, ¿qué te parece?
“Solamente una pequeña sonrisa en tus labios alegra tu corazón.
Sonríe a ti mismo…hasta darte cuenta de que tu habitual seriedad ha desaparecido.
Sonríe a ti mismo…hasta dar calor a tu corazón con el sol de tu radiante rostro.
Luego…ve a irradiar tu sonrisa.
Tu sonrisa tiene ahora una obra que realizar por Dios.
Sonríe a los rostros desolados.
Sonríe a los rostros tímidos.
Sonríe a los rostros tristes.
Sonríe a los rostros enfermos.
Sonríe a los rostros frescos y juveniles.
Sonríe a los rostros viejos y arrugados.
Sonríe a tu familia, a tus amigos.
Cuenta el número de sonrisas que tu sonrisa ha provocado en otros en un día.
Ese número te dirá cuántas veces has suscitado alegría, satisfacción, ánimo, confianza en los corazones de otros.
Estas buenas disposiciones son siempre fuente de altruismo y de buenas acciones.
Tu sonrisa…puede llevar nueva vida, esperanza y ánimo a los corazones cansados y oprimidos, tentados, desesperados.
Tu sonrisa…puede ayudar a madurar una vocación, si eres sacerdote o religiosa.
Tu sonrisa…puede ser el principio de conversión a la fe,
Tu sonrisa…puede preparar el camino de regreso de un pecador a Dios.
Sonríe, también a Dios…
Sonríe a Dios en amorosa aceptación de lo que Él disponga con tu vida y tú merecerás gozar de la faz de Cristo radiante y sonriente con especial amor para ti, por toda la eternidad".
Que hermoso, simple y tan difícil de llevar a cabo en estos tiempos. Un gran desafío para poner en práctica en esta cuaresma. Sonreír a y con los demás. Haber si se nos hace hábito. Bendiciones. Belén.
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