Cuando vengas a buscarme, Señor,
¿puedo pedirte que tengas la bondad
de llamar a mi puerta
para que yo sepa que tú llegas?
Sé bien que has dicho
que vendrás como ladrón…
Pero esto no es forzoso,
puedes venir de otro modo.
Has dicho eso para que siempre
estemos preparados: gracias, Señor.
Pero mira, Señor,
en casa cuando hago la limpieza
me siento muy torpe y me mancho fácilmente;
por eso me pongo un delantal.
Y cuando un amigo llama a mi puerta
antes de abrirle me quito el delantal para no tener mancha
y para que mi vista no le sea desagradable.
Déjame tiempo de quitarme el delantal
para recibirte.
Te pido esto,
pero tú harás lo que quieras:
será lo mejor.
Es sólo un deseo
que quería confiarte.
¿No se hace esto entre amigos?
¿Y no eres tú mi gran Amigo,
Aquel que nunca me falta
y en quien tengo toda mi confianza?
¡Hasta pronto, Señor!
jueves, 11 de abril de 2019
Oración del ¡Hasta pronto, Señor!
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