Para Francisco Palau el Cuerpo de Cristo es una realidad
aunque también un misterio, sabe que Dios se manifiesta en éste Cuerpo y que
sólo Él es capaz de darle vida, ímpetu, movimiento.
Él sostiene que es Jesús
mismo, el Verbo encarnado, quien viene a nosotros al recibir la comunión
para ser una sola cosa con quien comulga. En sus escritos dice: “Bajo las especies de pan y vino la reciben
(comunión) los que dignamente comulgan… por la boca del que comulga pasa el
Verbo hecho carne a la mente del que la recibe y en el alma de los comulgantes”
(MRel 3, 5)
En Jesús Eucaristía no sólo vemos su Cuerpo sino al cuerpo místico de la Iglesia a la cual pertenecemos todos los bautizados y creyentes. Cada vez
que comulgamos nos encontramos como en un abrazo divino donde se achican las
distancias y somos una sola cosa en Dios, porque siendo Cristo la cabeza de
éste cuerpo, los miembros de la Iglesia somos quienes conformamos ese cuerpo
que se hace visible y concreto en la comunión y en la unión de todos los
creyentes. Veamos lo que nos dice Palau: “Comulga uno, comulgan mil, y la
congregación de los que comulgan, que es la Iglesia se da a sí misma al esposo
amando a la Cabeza y a todos los miembros de su cuerpo”(MRel 3, 10)
Que estos pensamientos tan profundos nos ayuden a vivir ésta
Solemnidad del Corpus Christi adentrándonos en ésta realidad divina de la “comunión”,
unión de Cristo y su Iglesia formando un solo cuerpo
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