sábado, 25 de enero de 2020

Últimos... ¡Dos testimonios de Buenos Aires!

Izq. a der.: Navi, Agus (CABA) y Nico (Córdoba)

"Vale la pena entregar la vida" 
Mi nombre es Agustín, tengo 18 años, yo nací y creci en la ciudad de Buenos Aires, y formé mi fe en la parroquia en la que estuve toda mi vida, en la cual también, apoyado por la comunidad, tomé la decisión de entrar al seminario.
En los primeros meses de mi discernimiento una vez estaba hablando con un sacerdote, él me contaba que el primer año de seminario era necesario un corte, una aislación; y es que en el primer año del seminario uno está un poco más aislado, no se puede comunicar, sale tan solo un día a la semana. Y es que este primer año está dedicado a la oración, introspección, a descubrirse a uno mismo. Esa idea de primer año me encantaba. Sin embargo, el sacerdote me dijo que después de unos meses, el año se hacía pesado porque todos querían estar entre los fieles y no encerrados.
Al principio me pareció raro el pensamiento porque pensaba que eso era todo lo que quería un seminarista, estudiar, rezar, encontrarse con Dios y con sus compañeros.
Agus en el trabajo con los niños
Esta misión para mí fue muy intensa, finalmente entendí que quería decir el sacerdote hace muchos años. En la misión con las Carmelitas Misioneras me encontré con gente increíble, gente en donde podía ver a Dios, personas con muchas realidades, con sus
luces y sus sombras; pero que sin embargo, en estos compañeros de misión y en las personas del pueblo descubrí a Cristo vivo.
Después de unos días de misión recordé el lema, "Cristo vive y nos quiere vivos" y me di cuenta que en toda la realidad dura que nos tocó compartir, me di cuenta que yo también los quería con Cristo vivos, yo quería estar entre ellos para que a través de lo que pudiese ofrecer, Cristo viviese. En esto me reafirmé en mi decisión, por estas personas, me dije “vale la pena entregar la vida”. En medio de sus realidades quería entregarme para ver a un Cristo que nacía vivo en ellos. En esta misión entendí porque nació en ese sacerdote querer estar entre ellos. Ahora con alegría reconozco que también nació en mí ese sueño.
Agradezco a las hermanas por haberme invitado a participar de la misión, si Dios quiere nos volveremos a ver.
Agustín (CABA)



"La misión... días de gracia"
Hola! Soy Lorena, de Lanús, Bs As. Si tengo que hablar de la misión, diría que fueron unos días de Gracia. Desde el principio hasta el final pude reconocer la voz de Dios en muchas de las personas que me rodearon. Y también lo pude ver en distintas situaciones que sucedían a lo largo de los días.

La experiencia de la misión siempre es enriquecedora y novedosa. Por eso, quisiera que, si hay alguien que tiene alguna inquietud o ganas de vivir una misión, simplemente se anime... Dios después se encarga de todo.

Hoy tengo el corazón agradecido a Jesús que abrió los caminos para que pueda ir, a las hermanas que fueron su instrumento, a los misioneros que tienen mucha riqueza en el corazón y a las personas de Calingasta que abrieron las puertas, no a nosotros, sino a Cristo.

Por último, no voy a dejar pasar la presencia de María que me acompañó muy de cerca, demostró su amor maternal y me acercó a personas muy valiosas! ...

Simplemente un gracias a Dios y espero de corazón que si estás leyendo esto... te animes a vivirlo!

De izq. a der. Lorena, Ricardo, María y Luis


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