Se declara abierto el tiempo de gracia.
Empiezan los días santos, los días grandes
en que nuestro Señor Jesucristo
dio las más hermosas pruebas de amor.
Debemos escuchar cada una de sus palabras,
contemplar sus gestos, sus detalles,
porque es lo más importante que ha sucedido en el mundo.
Palabras y hechos admirables
que rompen nuestros moldes y nuestros límites.
Por eso todas las horas de estos santos días
serán insuficientes para estudiar esta historia,
la más sublime historia de amor.
para enriquecer a los hombres;
de un Dios que se empequeñece,
para ponerse a la altura de los hombres, elevándolos;
de un Dios que se hace siervo,
para lavar los pies de los hombres;
de un Dios que se hace comida,
para alimentar las hambres de los hombres;
de un Dios que se hace cordero
para cargar los pecados de los hombres;
de un Dios que sufre hasta la muerte
para dar vida a los hombres;
de un Dios que bajó a los infiernos,
para sacar de las tinieblas a los hombres.
Nunca se ha visto en la tierra un amor tan limpio y generoso.
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